En la casa funcionaba un taller textil que no contaba con habilitación municipal y estaba habitada por integrantes de familias de nacionalidad boliviana, que resultaron ilesos.
Las fuentes consultadas manifestaron que el fuego al parecer fue provocado por una vela y dijeron que las personas que habitaban la vivienda se dedicaban a fabricar prendas de vestir.
Otro taller textil clandestino se incendió el 27 de abril en la calle Páez al 2700, ubicado a 15 cuadras del siniestrado hoy, y provocó la muerte de dos niños y tres heridos.
Ese siniestro se produjo a las 9.20 en la vivienda donde los niños que murieron, de 7 y 10 años, vivían en condiciones infrahumanas en el subsuelo de la propiedad junto con sus padres, con puertas y ventanas bloqueadas, tapiadas y enrejadas.
El taller, que volvió a incendiarse meses después, había sido denunciado por explotación laboral por la organización no gubernamental La Alameda.
Esa ONG manifestó en esa oportunidad que el 24 de septiembre de 2014 había presentado una denuncia ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), a cargo de Marcelo Colombo, por la explotación "esclavista" de personas en 30 talleres porteños, entre ellos el de Páez 2796, donde murieron calcinados los dos niños.
Directivos de La Alameda expresaron que pese a la presentación no obtuvieron respuestas del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien debía ordenar el allanamiento del lugar, del subsecretario de Trabajo, Ezequiel Sabor, y del ministerio de Seguridad nacional, a cargo de Cecilia Rodríguez.
En el barrio Flores proliferan los talleres textiles clandestinos y, pese a las denuncias de vecinos y ONGs, el gobierno porteño no logra erradicarlos.
La Alameda estimó que hay 3.000 talleres ilegales en los barrios de Flores, Floresta, Parque Avellaneda y Mataderos, donde una gran cantidad de personas con niños son explotadas laboralmente y viven en condiciones de hacinamiento y falta de higiene.
