Blatter actuó con la naturalidad de quien se considera al margen de las duras acusaciones que pesan sobre importantes dirigentes de la FIFA, pese a que dirige la entidad desde hace 17 años y tenía estrecha relación con los apuntados por la justicia norteamericana.
Grondona, quien pese a no ser nombrado aparece en la investigación de la Justicia estadounidense cuando esta señala que “el presidente de la Confederación y los presidentes de las federaciones brasileñas y argentinas” recibieron “sobornos” por parte de la empresa Datisa para la realización de la Copa América hasta 2021, fue hombre de extrema confianza de Blatter desde que el suizo asumió en la FIFA, en 1998.
Además, Blatter, quien ratificó la realización de las elecciones de mañana en Zurich en las que busca ser nuevamente reelecto, evitó referirse a las duras críticas que recibió por parte del francés Michel Platini, titular de la UEFA, quien le pidió que dimita.
El dirigente dijo estar “seguro que habrá muchas más malas noticias” en el futuro inmediato, pero reiteró que “aquellos que han corrompido al fútbol son una minoría, como en toda la sociedad, pero deben ser juzgados por sus actos. No puede haber lugar para corrupción de ningún tipo”.