Luego del operativo que terminó con el cierre de varios locales el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, explicó: "La explosión de la venta de teléfonos móviles viene acompañada del flagelo de una verdadera industria paralela".
"Se abastece por gente que compra aparatos robados muchas veces sin saber que fueron usados por bandas en robos y para secuestros virtuales. Así como se atacaron desarmaderos clandestinos hemos planteado a la justicia tomar medidas urgentes", agregó el pre candidato a gobernador por el Frente Renovador.
"Terminemos con esta industria ilegal, pidió el jefe comunal, y dijo que para ello debe haber "conciencia en la ciudadanía que comprar teléfonos de origen dudoso es colaborar con el delito del que cualquiera además puede ser víctima".