Las tareas de rescate y la llegada de ayuda humanitaria se complicaron debido a las intensas lluvias que caen en la provincia y a los desprendimientos de tierra.
El ministerio de Asuntos Civiles chinos ha pedido a la población que se apresta a ayudar a que lo haga de forma "ordenada y efectiva".
"Las primeras 72 horas después de un desastre son clave. Para asegurar el rescate de los supervivientes, aconsejamos a los voluntarios no profesionales que no entren a la zona del terremoto por sí mismos para no entorpecer el tráfico y las comunicaciones", dijo Pang Chenmin, director de la agencia de asistencia a desastres del ministerio.
Así mismo, advirtió a los "buenos samaritanos" que quieran hacer donaciones a que contacten con las autoridades primero para saber qué se necesita más y a que las hagan a través de grupos de caridad registrados oficialmente.
El primer ministro Li Keqiang dio prioridad al rescate de los desparecidos y a los atrapados por los escombros y pidió que se traslade a los heridos más graves a los hospitales de las regiones cercanas que cuenten con mejores medios. El primer ministro también alertó a los trabajadores de rescate del peligro de temblores secundarios o de tierras.
El Gobierno chino envió a la zona afectada miles de policías, militares y bomberos. Las autoridades se están encargando del realojamiento de los afectados, así como de la distribución de comida, tiendas de campaña y medicinas. "Debemos asegurar que nuestra gente tenga acceso a la comida, a la ropa, a la vivienda en lugares seguros y al agua potable", precisó Li, según despacho de la agencia de noticia Europa Press.
El terremoto tuvo lugar el pasado domingo y su hipocentro se situó a doce kilómetros de profundidad y el epicentro, en Longtoushan, a 23 kilómetros al suroeste de la ciudad de Ludian, en el condado de Zhaotong, de acuerdo al Centro Nacional de Seguimiento de Terremotos de China. (Télam)