El incremento respecto al año precedente se debe al “aumento de los esfuerzos por sacar a la luz los casos”, explicaron fuentes del Ministerio.
Las estadísticas incluyen los casos de menores que sufrieron abusos psicológicos, maltratos físicos, negligencias familiares y abusos sexuales, aunque no desgranan los que se registraron en cada una de estas categorías.
También se incluyen los casos menores que padecieron secuelas psicológicas por presenciar actos de violencia doméstica en sus hogares.
Del total de casos registrados, en 23 de ellos los centros de atención de menores solicitaron retirar la custodia a los padres, lo que supone un descenso de cuatro casos respecto al año anterior.
En 15 de estos 23 casos la custodia fue retirada a sus progenitores por decisión de un tribunal de familia, mientras que de los ocho restantes, cinco fueron archivados y otros tres están a la espera de una decisión judicial.
La mayoría de los casos en los que se retiró la custodia fue por abusos sexuales a los menores por parte de sus padres o de la pareja de sus madres.
En Japón, una vez la Policía recibe informes de abusos, los centros de atención al menor toman medidas como llevar a los niños a un centro de custodia o proporcionar ayuda a los padres. (Télam)