Blanco, un empresario de 65 años y vicepresidente segundo del club, estará a cargo de la presidencia hasta diciembre de 2014 y luego llamará a elecciones para elegir a las nuevas autoridades.
Con la renuncia de Cogorno y Molina, y la posterior asunción de Blanco, llegó a su fin una feroz interna política que llegó a su punto más álgido en las últimas semanas.
Molina fue el principal responsable de la llegada de Cogorno al cargo de presidente en diciembre de 2011, pero en las últimas semanas las diferencias que mantenían ambos desde hace tiempo por convertirse en el verdadero hombre fuerte del club se hicieron públicas.
La semana pasada el ex vicepresidente primero atacó a fondo con el objetivo de forzar la salida de Cogorno, quien cercado ofreció el miércoles su renuncia pero con una sola condición, que Molina también dimitiese.
Sin embargo, pocas horas después Cogorno dio marcha atrás y anunció que su renuncia sería efectiva si las nuevas autoridades de comprometían a cancelar una deuda, aproximadamente de un millón de dólares, que el club mantenía con él.
La mala situación deportiva del equipo (último en la tabla, con 2 puntos, y sin victorias), y la presión que ejercieron algunos dirigentes y la barrabrava, obligó a que el viernes último Cogorno y Molina presentaran sus renuncias.
Este lunes, sin embargo, comenzó con cierta incertidumbre ya que Cogorno demoró en firmar su renuncia.
"Si decide no dar un paso al costado, yo presentaría mi renuncia y él seguiría como presidente", señaló Blanco en horas de la mañana.
A las 16.15 la situación se descomprimió. Cogorno oficializó su renuncia y lo hizo conocer a través de un comunicado que Racing publicó inmediatamente en su página y cuenta de Twitter oficial.
A Blanco le queda una ardua tarea: encauzar políticamente el club y ayudar a revertir, a través de la tranquilidad, la problemática situación deportiva.