En ese sentido, insistió en "la no utilización de estos artefactos" porque "pueden traer consecuencias a nivel de los miembros inferiores, la vista y los oídos, muchos de los cuales a veces son irreversibles".
"La clave es evitar la pirotecnia, más allá de que los artefactos sean más o menos riesgosos, porque el peligro está no sólo en la propia pirotecnia sino también en la manipulación. Desde este punto de vista, no hay fuegos artificiales seguros", agregó el funcionario.
Según se informó, sólo en la provincia de Buenos Aires "más de 300 personas anualmente terminan las fiestas de fin de año en una guardia hospitalaria, mayormente por el uso de pirotecnia", mientras que en los Centros Oftalmológicos Especializados se atienden alrededor de 200 traumatismos oculares.
En tanto, en los hospitales del Area Metropolitana se atienden unas 650 lesiones anuales causadas durante las festividades, se indicó en un comunicado.