Los empleados pagaron el alquiler de las canchas, y la empresa facilitó los horarios y suministró los premios para los ganadores (participaron 14 equipos), tal como solía hacerlo cada año.
En uno de los partidos, el empleado en cuestión “al recibir una pelota quiso hacer una chilena y al caer se lesionó la muñeca”, por lo que finalmente debió ser operado a mediados del año siguiente.
La Cámara rechazó el reclamo del trabajador porque “no puede inferirse que el accidente se produjo en ocasión del trabajo”.
El lesionado “participaba del torneo voluntariamente, luego de su jornada laboral, no siéndole impuesto por la demandada como una obligación laboral ni beneficiándose ésta económicamente con el mismo”, explica la resolución, suscripta por los jueces Graciela González y Miguel Angel Maza