Allí alertó sobre "el incremento desmedido aplicado por YPF y el resto de las refinadoras y distribuidoras de combustible sobre el precio del gasoil a granel".
Puntualizó que "las empresas de ómnibus de larga distancia, por su importante nivel de consumo, realizan compras de combustible al por mayor", pero remarcó que "contrario a cualquier lógica comercial, terminan abonándolo a un valor visiblemente superior al minorista".
Así subrayó que "desde agosto del año pasado hasta marzo último, el litro de gasoil a granel pasó de 2,396 a 3,630 pesos".
La Cámara indicó que "el impacto en los costos del sector no es menor, pues el cupo de gasoil a precio diferencial entregado por la Secretaría de Transporte alcanza en promedio para cubrir sólo 45 por ciento de la necesidad real", y añadió que "el restante 55 debe ser adquirido a estos precios exorbitantes".
"Por ende, el citado incremento en el precio del gasoil por fuera del cupo asignado por la Comisión Nacional de Regulación del Trasporte (CNRT) se traduce en un incremento de 25 centavos de peso en el costo por kilómetro del sector", precisó la entidad.
Señaló que "este último se suma al incremento 10 centavos de peso que fuera aplicado al precio por litro del gasoil diferencial anteriormente, generando un incremento de costo del orden de unos 27 centavos de peso por kilómetro". "Lo irracional de esta situación, hace que el precio que abona la mayor parte de los consumidores por sus compras minoristas, termine siendo 22 por ciento menor al que abonan las empresas de autotransporte de pasajeros, que adquieren el combustible al por mayor", remarcó la CELADI.
Concluyó que "no quedan dudas entonces, que existe un subsidio implícito regresivo, pues el precio del boleto que abonan los usuarios de larga distancia, que tienen un menor poder adquisitivo que aquellos que poseen un auto, más temprano que tarde terminará incorporando el mayor valor del combustible".
