El más importante período de erupciones de este volcán, un lugar de gran atractivo turístico, se remonta a 1840, cuando lanzó cenizas que llegaron a desplazarse hasta el puerto nicaragüense de Corinto, a unos 450 kilómetros al norte de San José.
En los últimos meses presentó una fuerte actividad de humo, por lo que el estatal Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica lanzó advertencias a los pobladores de comunidades ubicadas en las faldas de la montaña sobre la necesidad de adoptar medidas de prevención ante el peligro de una fuerte explosión.
Juan Segura, director del observatorio, consideró "normal" la erupción del martes, aunque no descartó que se produzcan otras similares.
Costa Rica es un país asentado en una zona volcánica, y sólo en el Valle Central, donde se concentra más de 50 por ciento de la población del país, hay cuatro colosos: Poás, Barba, Irazú y Turrialba.
En el norte hay otro volcán con intensa actividad, el Arenal, que en 1969 despertó después de 600 años de inactividad, con una explosión que causó la muerte de 90 personas.
Sus continuos lanzamientos de lava son un espectáculo para cientos de turistas que a diario visitan la región donde está localizado.