El informe oficial de ese día dio cuenta que murieron 17 jóvenes y otros 24 sufrieron heridas diversas, varios de ellos de gravedad.
Durante el juicio realizado años más tarde, se probó que el incendio fue provocado por uno de los asistentes a la fiesta -entonces menor de edad- que había arrojado un petardo contra unos sillones y en el momento del incendio había más de 500 jóvenes en el boliche cuando su capacidad era solo para 150.
También había favoreció a la tragedia que un portón trasero del boliche estaba encadenado y con candado, y la puerta de calle no pudo abrirse, además que el lugar no contaba con los matafuegos necesarios. El juicio por esa tragedia finalizó con condenas menores para el dueño de Kheyvis, para la arquitecta que construyó el boliche y una inspectora municipal, las condenas fueron de 5 años de prisión, dos años de prisión en suspenso y tres años, respectivamente. Los padres de las 17 víctimas fatales se organizaron y tiempo después armaron la asociación civil "Grupos de Padres de Kheyvis", los organizadores de la misa de mañana.