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Ex manager acusa a Chaban de haberle mentido sobre Cromañon

El ex manager de Callejeros Diego Argañaraz acusó al ex gerenciador de Cromañón, Omar Chabán, de haberle mentido acerca de la seguridad que tenía el boliche, aunque admitió que desconocía que en esos locales estaba prohibido hacer recitales y sólo se podía bailar.
"A mí Chabán me mintió, no tenía idea de que podía pasar algo así. Para mí, Cromañón era el lugar más seguro de la Capital", dijo Argañaraz en una indagatoria prestada en 2005 que fue leída en la cuarta audiencia del juicio oral que se realiza por el incendio que el 30 de diciembre de 2004 dejó 194 muertos.

Sin la presencia del ex manager y con la asistencia de sólo el guitarrista Maximiliano Djerfy y el saxofonista Juan Carbone, el Tribunal Oral en lo Criminal 24 ordenó leer los interrogatorios realizados a Argañaraz y al cantante Patricio Santos Fontanet, luego de que el viernes pasado toda la banda se negó a declarar.

Al ser indagado el 22 de febrero de 2005, el ex manager recordó que el grupo empezó a tocar en Cromañón en marzo de 2004, luego de haberlo hecho en Cemento, y que en esa ocasión Chabán le dijo que en el local "podían entrar cinco mil personas", cuando en realidad estaba habilitado para 1.031.

"Hasta 2004, Chabán era la única persona en la que creíamos en el mundo del rock. Cromañón nos parecía impresionante, teníamos camarines y nos alojábamos en el hotel de al lado hasta la hora del show", sostuvo Fontanet.

Argañaraz admitió que sabía que había habido un incendio en el techo durante un recital de Jóvenes Pordioseros ofrecido el 1 de mayo, pero que Chabán le explicó que "una cañita voladora había pegado en el trapo de un inyector de aire" y se había apagado.

Y que cuando una vez vio unos paneles negros en el piso del local, le dijo: 'Quedate tranquilo que son acústicos e ignífugos".

El ex manager explicó que escuchó a Chabán enojarse varias veces con el público por las bengalas pero que creía que era para asustarlos: "Chabán de día era una persona normal y de noche se transformaba en un personaje. Un día le dijo a alguien: 'Ojalá (la bengala) te explote en un huevo'", recordó.

Al igual que el lunes pasado, se volvió sobre un punto central del debate: ¿quién estaba a cargo de la seguridad en Cromañón?

Según Argañaraz, Raúl Villareal, mano derecha de Chabán, era el encargado, recorría todo el predio, hacía pasar a los invitados, se ocupaba de los cacheos y era "el que daba todas las órdenes".

En tanto, la gente contratada por la banda usaba remeras que decían "Callejeros control" y se ocupaba de verificar las barras, los baños, el mangrullo, la cabina de sonidos "para que no roben" y "si había bengalas, encontrarlas", términos con los que coincidió Fontanet.

Argañaraz admitió que "después del incendio" se enteró que los boliches denominados "clase C" "no podían hacer recitales, sino sólo bailes", mientras que el cantante dijo que desconocía los requisitos porque él "sólo tenía que tocar".

"Para mí Cromañón era el lugar más seguro y el mejor para tocar en la Capital. Chabán me dijo que había extractores e inyectores de aire cuando salía mucho humo y una puerta de emergencia. A mí me mintió, no tenía idea de que podía pasar algo así", sostuvo.

Sobre el uso de pirotecnia, afirmó que la noche del 30 de diciembre "el control fue estricto porque hasta les hicieron sacar las zapatillas a los chicos y revisaban a todos, ya que se decía que entraban las bengalas en los corpiños y atadas a menores de cuatro años".

Respecto de lo ocurrido tras el incendio, Argañaraz dijo que al iniciarse estaba afuera controlando que no se revendieran entradas y que trató de abrir varias puertas, pero no pudo y que sugirió sacar gente por una que conectaba con el hotel lindante.

Dijo que a su madre, que había concurrido esa noche, la sacaron los bomberos, pero que su novia Romina murió.

A su turno, Fontanet dijo que antes de la noche trágica, él siempre se quejaba del humo de las bengalas porque "no podía respirar", lo cual lo obligaba a llevar un nebulizador a los recitales, y porque no se veía la escenografía del escenario.

Remarcó que nunca creyó que el boliche fuera inseguro: "Si pensaba que era peligroso, no hubiera llevado a mi mamá esa noche", quien resultó herida en el incendio, mientras que su novia falleció el 12 de enero de 2005.

Sobre el momento que comenzó el siniestro, dijo que "el techo se caía y lo único que se escuchaban eran gritos", por lo que trató de salir y después de dar varias vueltas llegó al primer piso usando un celular como linterna.

"Me desesperaba ver que se moría gente que iba a ver a la banda", aseguró y detalló que sacó del local a unos cinco chicos, algunos muertos y otros desmayados, pero que nunca pudo llegar al lugar donde estaba su familia, en el sector vip del primer piso.

El juicio continuará el viernes a las 10 con la lectura de las indagatorias del resto de los integrantes de Callejeros.

(Télam, por Vanina Save).

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