Fuentes policiales informaron a Télam que todo se inició durante la mañana del sábado último en una plazoleta situada en Guido y Roma de la localidad sanisidrense de Béccar, donde una mujer de 33 años aguardaba un colectivo para ir a trabajar.
La mujer, identificada como Adriana Verónica Gabriela Lucero, una empleada que reside en Béccar, se disponía a ir al centro de San Isidro pero antes de que llegara el micro, cerca de las 8:30, fue abordada en la parada por dos jóvenes.
"Estaban detrás mío y empezaron a hablar entre ellos, decían que necesitaban monedas, que no tenían plata, yo pensé que me iban a pedir monedas, pero en ese momento uno dice: 'Si no tengo plata voy a tener que meter caño'", recordó Lucero.
En ese momento, explicó la mujer, uno de los ladrones se le abalanzó y la tomó por la espalda con intenciones de robarle la cartera, que ella tenía fuertemente agarrada y se negaba a entregar.
"Como empiezo a gritar, uno me tapa la boca. Estaban totalmente sacados, drogados, uno me empezó a pegar con mucha saña en la cabeza para desmayarme", agregó Lucero, quien debió luego recibir cinco puntos de sutura en la frente a raíz de un corte leve que le provocó uno de los golpes de su agresor.
"Sentía que me iba a desmayar. Después me caí al suelo, metí la cartera debajo mi cuerpo y me arrastraron con ella hasta la mitad de la calle", señaló la mujer.
"Cuando pedía a Dios que me los sacara de encima, escuché un ruido, la gente después me dijo que eran disparos, fue liberador, se fueron y me dejaron en el medio de la calle", recordó Lucero.
Tras el asalto, los delincuentes corrieron hacia la villa San Cayetano, ubicada unos 200 metros, mientras que la mujer llamó al 911 para alertar a la policía de lo ocurrido.
Cuando los efectivos de la seccional local arribaron, la mujer contó que escuchó dos disparos y les indicó hacia donde escaparon los asaltantes, por lo que los policías se dirigieron hacia la villa, dijeron los informantes.
Cerca de la entrada a la villa, los policías encontraron a uno de los presuntos asaltantes muerto de un balazo que, según los forenses, le ingresó por la espalda y le salió por el estómago.
Según fuentes policiales consultadas por Télam, el muerto es un joven de 23 años, que tenía antecedentes penales y había estado detenido hasta hacía poco en una seccional de la zona.
La propia concubina del fallecido contó a los investigadores que su pareja había purgado hasta 2004 una condena por robo en el penal bonaerense de Sierra Chica.
Los pesquisas inicialmente sospecharon que el joven pudo haber sido víctima de su propio cómplice durante una pelea posterior al asalto, aunque luego, al analizar la secuencia de los hechos y el testimonio de Gabriela, se volcaron a la pista de un "vengador", dijeron los informantes.
En tanto, al conocerse hoy que un "vengador" había matado al ladrón, familiares del ex preso que viven en la villa fueron a una carnicería ubicada a una cuadra del lugar del asalto e intentaron agredir a su dueño, a quien señalaban como el autor del disparo.
Advertido de lo ocurrido, personal policial de la Jefatura Distrital de San Isidro montaron durante toda la tarde un operativo de seguridad para evitar mayores incidentes.
En base a las acusaciones de los parientes del muerto y los dichos de otros testigos, los policías detuvieron al carnicero, de 34 años, que habría manifestado que disparó al aire para poner en fuga a quienes asaltaban a Lucero, explicaron las fuentes.
Al carnicero se le secuestró una pistola calibre nueve milímetros que será peritada para determinar si fue el arma utilizada en el homicidio, aunque los investigadores no pudieron hallar aún el proyectil que atravesó al ex preso que hubiera servido para cotejarlo.
El carnicero tiene registrada la tenencia del arma y contaba con ella para su seguridad aunque nunca fue asaltado en su local ni había tenido problemas con los habitantes de la villa.
El comerciante fue acusado de homicidio y quedó alojado en la subcomisaría de La Cava, en Béccar, a disposición de la justicia, donde vecinos del sospechoso estuvieron presentes para pedir su liberación, ya que apoyan la reacción que tuvo el carnicero al ver que asaltaban y golpeaban a una mujer frente a su local.
