En un escenario marcado por la inflación en alza y salarios estancados, la elección de cómo hacer rendir el dinero adquiere un papel fundamental. Con el dólar estadounidense mostrando una tendencia a la baja, rondando los $1.000, y las acciones en ascenso, surge la interrogante sobre cuál de estas opciones ofrece el mejor potencial de retorno.