El buque realizó un giro de 15 grados cuando navegaba por un canal estrecho, lo que provocó que se inclinara hasta finalmente volcar, informó un equipo de policías y fiscales que presentó el informe.
Según los investigadores, el ferry llevaba más carga de la permitida y no poseía aguas de lastre, que se utilizan para garantizar la estabilidad del casco en caso de sobrecarga, de acuerdo a lo señalado por la agencia Efe.
Un investigador aseguró a la agencia local Yonhap que el capitán no estaba al timón al momento del naufragio, pero que tanto él como el resto de los tripulantes eran conscientes de la inestabilidad del barco y tenían órdenes de no realizar cambios de dirección bruscos.
Con todas esas evidencias, la Fiscalía de Corea del Sur acusó hoy de homicidio al capitán y a tres miembros de la tripulación.
El capitán Lee Joon-seok, de 68 años, el jefe de máquinas y dos oficiales, presuntamente se rehusaron a dar la orden de evacuación a los pasajeros y en su lugar les comunicaron que permanecieran en el interior de la nave mientras ellos eran rescatados, de acuerdo con la versión de los fiscales.
En caso de que los tres acusados sean condenados por homicidio podrían enfrentarse a penas que van desde los 5 años de cárcel hasta la cadena perpetua, de acuerdo con el Código Penal del país asiático.
Los fiscales también acusaron formalmente a otros 11 miembros de la tripulación de “causar la muerte por negligencia” y de violar la ley de rescate en accidentes marítimos por presuntamente abandonar el barco sin atender a la seguridad de los pasajeros.
El naufragio del ferry ocasionó 304 víctimas -entre muertos o desaparecidos- y sólo 172 sobrevivientes, en una de las mayores tragedias de la historia de Corea del Sur.
