La querella y la fiscalía, a cargo respectivamente del abogado José Vera y de Cosme Iribarren, pidieron para el imputado una pena de 26 años de prisión por "abuso sexual calificado y lesiones gravísimas", ya que además de la presunta violación el bebé habría sufrido heridas en los genitales.
El acusado negó las imputaciones y atribuyó las lesiones que padeció el pequeño a los ataques de dos perros.
No obstante, pericias médicas practicadas por forenses indican que el pequeño tenía lesiones incompatibles con el ataque de los canes y que quedó demostrada la violación.
El 18 de diciembre de 2009 el bebé estaba al cuidado de su abuelo en una casa de la localidad bonaerense de Don Torcuato, cuando el hombre llamó a su nuera para informarle que los perros habían aprovechado que él estaba dormido para atacar al pequeño.
El niño fue trasladado a un hospital de General Pacheco, donde se le diagnosticaron lesiones anales y heridas cortantes en los genitales.
El abogado del acusado pidió la absolución de su cliente porque, según alegó, no hay pruebas del ataque sexual contra el menor.