La misa en memoria de Garrido convocó a una gran cantidad de vecinos de todas las edades que se dieron cita para evocar la memoria del policía y entre los presentes estuvieron el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y el superintendente de la Policía Bonaerense, Daniel Salcedo.
El párroco Pedro Oeyen, quien estuvo a cargo del oficio religioso, resaltó el "inmenso dolor para toda la comunidad de San Isidro" porque "Garrido no era un desconocido era un hombre que todos conocíamos que recorría nuestras calles durante 30 años, siempre con la palabra atenta, siempre, amable".
El párroco dedicó parte de la misa a la inseguridad "un tema complejo" y al respecto sostuvo que "influyen muchos elementos" para generarla.
"Podemos hacer algo para que haya menos inseguridad, una de las causas fundamentales de la inseguridad está en el alto consumo de droga que hay hoy en día", sostuvo el curo entre los cerrados aplausos de la gente.