La decimosegunda jornada del debate a cargo del Tribunal Oral Criminal 4 de San Isidro se inició hoy con demoras porque durante la mañana hubo una reunión entre la fiscal Gabriela Baigún, los defensores Ricardo Montemurro y Gonzalo Díaz Cantón y todos los abogados de los particulares damnificados, en la que se acordó desistir de 22 testigos.
Fuentes judiciales indicaron que como durante el debate ya quedó prácticamente acreditado que fue el dueño del restaurante Dallas quien baleó de 14 disparos el remís en el que murió Schenone la madrugada del 16 de enero de 2003 en Béccar, la única carta que le queda a la defensa es intentar demostrar la inimputabilidad de Conzi.
El debate de psicólogos y psiquiatras comenzará el viernes próximo con la declaración de los cinco profesionales de la Policía Federal que realizaron el peritaje psiquiátrico oficial de la causa, cuyo resultado fue ambiguo.
Es que, por un lado las conclusiones de ese estudio señalan que "Conzi al momento del hecho comprendía la criminalidad del acto".
Pero en otro punto de su evaluación, los peritos afirmaron que Conzi "posee una personalidad que lo predispone a desbordes emocionales, no pudiendo descartarse que bajo ciertas circunstancias de abuso de alcohol u otras sustancias psicoactivas, por el estímulo de factores irritativos, podrían haber alterado la capacidad de control sobre sus actos".
Por ello, durante el juicio, la defensa insitió tanto al preguntar a empleados y habitués de Dallas si Conzi solía tomar alcohol y, en varias ocasiones, contestaron que "siempre andaba con un trago en la mano".
Los peritos oficiales aseguran que tomando en cuenta algunas declaraciones testimoniales de la causa, "existe la posibilidad de que (Conzi) no haya podido dirigir sus acciones por alteración morbosa de sus facultades mentales".
El lunes, en tanto, el duelo psiquiátrico estará protagonizado por los peritos de parte: Mariano Castex y Gabriela Tommasi, por la defensa, y Eduardo Piaggio y Silvia Fregonese, por la querella de los Schenone.
La fiscalía y las querellas intentarán probar que si bien Conzi es un psicópata, fue conciente de lo que hizo y está en condiciones de ser condenado.
En cambio, para la defensa, Conzi es inimputable porque es un "psicótico", con un "delirio de índole esquizoparanoide" y "proclive, en situaciones que desbordan por completo sus controles reguladores, a la producción de actos de extremada violencia, carentes de toda valoración", según las conclusiones del perito Castex.
En tanto, la breve jornada de hoy contó con la declaración de los dos primeros testigos de identidad reservada de la causa -identificados con las letras "A" y "B"-, quienes durante la instrucción habían declarado que vieron la camioneta de Conzi recorriendo un taller de Olivos para ser reparada.
Uno de ellos, dueño de un taller mecánico de Olivos, reconoció hoy en fotografías a la Jeep Grand Cherokee de Conzi como la camioneta que vio sin un espejo retrovisor y conducida por un hombre que preguntaba por un chapista.
Las pericias mecánicas determinaron que la 4X4 de Conzi había sido reparada recientemente para ocultar el roce que tuvo en su lateral derecho con el remís Ford Galaxy durante la persecución y el ataque a balazos en la avenida Del Libertador.
Conzi -quien desde el segundo día del debate no asiste a las audiencias por recomendación de su defensa-, está siendo juzgado por el homicidio simple de Schenone y las cuatro tentativas de homicidio del resto de los ocupantes del remís: Paula Alonso, Gisella Carabetta, el remisero Fernández -los tres heridos de bala en el episodio-, y el único ileso Gustavo Pacheco.
La fiscalía quiere probar que Conzi efectuó 14 balazos con una pistola calibre nueve milímetros contra el remís por un ataque de celos.
Según la instrucción, Conzi se alteró cuando dentro de su local Dallas vio a Schenone besándose con Alonso, luego de que él intentara, sin éxito, seducir a la joven.
