Caruso avisó que necesitará "un jugador por línea" o bien "dos delanteros y dos defensores" si es que uno de los refuerzos es polifuncional.
No obstante, adelantó que respetará a los jugadores del plantel: "No les voy a pasar con una aplanadora", aclaró al hablar por radio La Red.
También reconoció que Tigre quedó "muy complicado" al hacer sólo 8 puntos en el Apertura ya que se "acercaron los que pelean el descenso".
El nuevo técnico, quien conoce a una media docena de jugadores por haberlos llevados a Tigre en su anterior paso por el club, entre ellos Martín Morel, Carlos Luna y Leandro Lazzaro, señaló que necesitarán sumar "al menos 25 puntos" en el Clausura para estar tranquilos para la temporada siguiente.
A su vez, y cuando aún no asumió el cargo, Caruso empezó con el fuego de la polémica al responder a una opinión de su antecesor en el cargo. "No me gustó lo que dijo ayer", sostuvo el técnico al aludir a declaraciones de Cagna, quien afirmó que, de ser por él, no hubiera convocado a Caruso como su reemplazante.
Caruso, no obstante, aseguró no tener "nada en contra" de Cagna.
Según dijeron afuentes del club, el nuevo técnico acordó su regreso a Tigre por un año con el hombre fuerte del club, el intendente del distrito, Sergio Massa, y con el vicepresidente Ezequiel Melaraña, a su vez asesor del jefe comunal en la municipalidad.
Estará acompañado por Horacio Montemurro y Juan Chumba como ayudantes de campo, y por Ariel Perticarari como preparador físico.
Ya pidió Caruso los teléfonos del plantel para llamar a los jugadores y "dejarlos tranquilos" ante la incertidumbre de la llegada de un nuevo conductor, cuya presentación formal será el 4 de enero en Victoria.
Ese día viajarán a Mar del Plata, donde estarán hasta el 16, fijando alojamiento en el hotel 13 de Julio y utilizando la villa del club Kimberley para hacer fútbol.