Ese beneficio consiste en 100 pesos mensuales. Con la tarjeta de débito, las familias se independizarán de los punteros o las manzanera del barrio, que hoy les reparte los alimentos. Además, podrán comprar lo que necesita en los comercios que prefiera. Además, el proyecto es que reciban un 15% de devolución de IVA en cada compra, 10 puntos más que en las operaciones de ese tipo. La tarjeta tendrá un código de barras especial que impide, si se cumple con las reglas, la adquisición de bebidas alcohólicas y cigarrillos.
Actualmente son las manzaneras las que se encargan de distribuir casa por casa los alimentos. Pero Arroyo imagina otro destino para este cuerpo, creado por Chiche Duhalde, en los barrios del conurbano. Buscará que se ocupen de monitorear la asistencia a clases y a los centros de salud de los chicos.
El futuro ministro, con un presupuesto en su cartera de 2.500 millones de pesos anuales, se focalizará en el conurbano donde viven 9 millones de los 13 millones de habitantes de la Provincia. Y es considerado, junto al Norte del país, uno de los lugares donde peor se vive. El 40% de la gente del conurbano es pobre, aunque tenga empleo.
El objetivo de su política social será un grupo creciente de jóvenes de 18 a 25 años que no trabaja ni estudia. El número da escalofríos: llegan a los 500.000 y se considera una población de alto riesgo.