Ahora el fiscal federal de San Isidro, Rodolfo Fernando Domínguez, será quien deba determinar si el muchacho realmente fue víctima de los asaltantes o, tal como sospecha la Policía, en realidad actuó como “entregador” y cómplice en el robo en la casa de su abuela.
Voceros policiales explicaron que en el transcurso de la tarde de ayer, cuando el chico continuaba desaparecido, primeo realizó un llamado telefónico a una tía, a quien le dijo que lo habían liberado y estaba en la villa Zavaleta del barrio porteño de Barracas, donde debían ir a buscarlo porque estaba sin dinero.
Sin embargo, cerca de las 22 de anoche, el chico apareció finalmente en la guardia del Hospital Penna porteño, donde estaba acompañado de su madre y a la espera de que lo atiendan los médicos.
Detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro lo pasaron a buscar por dicho hospital y lo llevaron a una revisión médica donde se constató que estaba sano y salvo.
“El chico dice que lo tuvieron retenido y lo golpearon varias veces, pero la verdad es que los médicos sólo le encontraron unas excoriaciones en la zona intercostal”, dijo a Télam un jefe policial que participa de la pesquisa.
El adolescente fue entrevistado por los psicólogos especializados en asistencia a la víctima de la Policía y luego de ello regresó con su madre a su domicilio en el barrio porteño de Constitución.
Dos jefes policiales revelaron a Télam que en la causa hay testimonios que comprometen al chico y alentarían la hipótesis de que fue cómplice de los ladrones.
“Hay testigos que vieron que en el momento de la huida, el nieto no estaba apretado ni intimidado por los delincuentes, sino que era el que transportaba el LCD de la abuela y se subió solo al asiento del acompañante y les dijo 'vamos' a los otros dos delincuentes”, dijo a Télam uno de los investigadores.
El hecho ocurrió ayer por la tarde, alrededor de las 15, en una vivienda situada en Curupaytí al 2200 de Villa Adelina, partido de San Isidro, en el norte del conurbano, donde reside la denunciante que, a su vez, atiende un maxiquiosco lindero.
La mujer, de unos 70 años, denunció que ella estaba en su casa cuando apareció su nieto de 15 años junto a dos hombres y le dijo que lo tenían de “rehén”.
Luego, los delincuentes se apoderaron de un televisor y de una suma de dinero aún no precisada que podría ser entre 10.000 y 20.000 pesos, y se fueron del lugar con el adolescente de rehén, según contó la abuela paterna del chico.
El padre del joven, que está separado de la madre y vive en el barrio porteño de Belgrano, es quien le dijo a la Policía que su hijo tenía problemas con las drogas y que podría haber sido el “entregador” del robo.
