Una de las ponencias más destacadas fue la que efectuaron en torno a las propiedades nutricionales del huevo en la que afirmaron que no sube al colesterol y que, por el contrario, contiene proteínas de calidad y que además, menos la C, contiene todas las vitaminas y minerales.
La nutricionista y referente de la Cámara del Huevo, Romina Sayar, destacó que aquellas personas que sufren de colesterolemia no tienen que excluir al huevo de la dieta sino a los alimentos ricos en grasas saturadas, presentes en las carnes, los lácteos y algunos aceites.
El huevo contiene colesterol pero es muy bajo en grasas saturadas que es lo que realmente tiene que evitar la persona con colesterolemia”, detalló Sayar y precisó que contiene "sustancias esenciales y grasas instauradas que, lejos de bloquear las arterias, favorecen la salud cardiovascular".
Indicó además que "el huevo es light, pese a lo que se suele creer, y es ideal para incorporar en dietas bajas calorías porque aporta las mismas proteínas que una manzana y logra saciarnos rápidamente”.
En la Cumbre también se analizó el tipo de bebidas que se consume tras recomendar no esperar a tener sed para tomar agua.
“La sed aparece cuando ya existe deshidratación y se desencadena por mecanismos fisiológicos y perceptivos cuando las pérdidas de líquidos corresponden a una disminución cercana al 2 por ciento del peso corporal”, explicó Luciano Spena, director de la carrera de licenciatura en Nutrición de la Universidad de Morón y nutricionista del plantel profesional del Club Atlético Independiente.
Advirtió que "entre los argentinos hay una tendencia a tomar cualquier cosa menos agua" y aseguró que las gaseosas, los jugos y el alcohol "solo aportan calorías vacías".
“De todo lo que tomamos los argentinos, el 50 por ciento son bebidas azucaradas e infusiones, el 29 por ciento son bebidas con sabor pero sin azúcar y solo un 21 por ciento es agua pura”, detalló el especialista al citar el estudio Hidratar, realizado por el Cesni (Centro de Estudios sobre Nutricion Infantil).
El problema, remarcó, es que la mayor proporción se lo llevan las calorías ‘vacías' de las gaseosas y los jugos, superando en la mayoría de los casos la recomendación de la Organización Mundial de la Salud.
“El estudio revela que las dos terceras partes de las bebidas elegidas por niños y adolescentes son azucaradas”, explicó Spena y advirtió que tanto los alimentos sólidos como los líquidos inciden en el sobrepeso y la obesidad, de modo que “no tiene sentido intentar bajar la carga calórica en las comidas si se les permite a los chicos tomar litros de gaseosas o jugos ricos en azúcares”.