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Cruce entre el presidente de Monsa y delegados por legitimidad del paro

El presidente de MONSA, licenciataria de la línea 60, Marcelo Pasiuto, aseguró hoy que “la gran mayoría” de los empleados de esa empresa quiere seguir trabajando, en tanto el dirigente gremial Néstor Marcolín, afirmó que la huelga “es unánime y legítima”.
En declaraciones a Radio 10, Pasiuto aseguró que “la empresa está tomada y yo tampoco puedo entrar” y agradeció al “ministro de Trabajo (Carlos Tomada), a la viceministra Noemí Rial”, quienes estuvieron “anoche hasta la 1.30 tratando de solucionar el tema junto con el secretario de Transporte (Juan Pablo) Schiavi”.

Además, denunció que el lunes último, cuando se inició el paro, un grupo atacó “a 10 o 12 trabajadores que se habían quedado” cumpliendo tareas y “los molieron a palos, rompieron todas las oficinas, rompieron los autos y también se robaron las computadoras”.

“Tengo seis empleados heridos y uno en estado delicado”, precisó el empresario, quien insistió que “no llega al 5 por ciento de nuestros empleados los que deciden que hacen sus compañeros”.

Pasiuto reveló que “hace un año la empresa pertenecía a 200 accionistas y debido a la presión, la inestabilidad emocional de esta gente, paro y falta de colaboración para el trabajo, esa gente decidió vender y se fue a cinco grupos empresarios líderes de transportes de Buenos Aires y una empresa del interior”.

Por su parte, Marcolín remarcó que los trabajadores de la empresa estaban “preparados para una gran pelea de largo aliento” y calificó de “unánime y legítima” la huelga, a la vez que desmintió que las oficinas estén tomadas.

“Pasiuto puede venir cuando quiera, se hacen los que no pueden entrar. Nosotros estamos de huelga y tomamos resguardo del caso”, señaló en diálogo con Télam.

Con respecto a los sucesos del lunes pasado que denunció Pasiuto, señaló que “uno de los empleados contratados por la empresa recientemente sacó un arma y se la puso en las costillas a un trabajador, fue la primera vez que alguien sacó un revólver en nuestras asambleas”.

“Había varios (de los que acompañaron al hombre que apuntó) que tenían armas, y los trabajadores se las sacaron y hubo un enfrentamiento lógico cuando vemos personas ajenas a la empresa. No somos matones, pero la empresa sí tiene esa metodología. Después de la pelea, los que vinieron armados se refugiaron en la oficina del jefe de personal”, concluyó.

El conflicto se desató hace cuatro días, cuando los trabajadores de la línea 60 comenzaron un paro por tiempo indeterminado en reclamo de un incremento salarial. Según informó el Ministerio de Trabajo, ya habría un “principio de acuerdo” pero los delegados pidieron consultarlo en asamblea.

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