De hecho, los jueces Ana Dieta de Herrero, Alfredo Rizzo Romano y Carlos Bruno, en voto unánime, resolvieron que Ríos sea trasladado hoy mismo a la Unidad número 20 del Servicio Penitenciario Federal, que funciona en el Borda, por el tiempo que demande el tratamiento para su afección.
Los jueces también resolvieron darle intervención a un juez civil, que de ahora en más será el encargado de supervisar el tratamiento de Ríos.
El fiscal de juicio, Carlos Giménez Bauer, anticipó que apelará el fallo, aunque ello sólo ocurrirá después de conocer los fundamentos, que serán difundidos por el tribunal en el término de cinco días.
Por su parte, el fiscal que instruyó la causa en primera instancia y dictaminó que Ríos era inimputable, Mariano Solessio, expresó que el resultado del juicio era "lo que suponía por la investigación llevada a cabo".
La lectura del fallo se produjo en un clima tenso pero sin disturbios, sólo alterado por algunos de los amigos de Alfredo Marcenac, quienes cuando el veredicto ya se había plasmado exhibieron fotos de la víctima mortal del "tirador de Belgrano".
Los padres de Marcenac se mantuvieron calmos en la sala de audiencias, pero rompieron en llanto, frustrados por el veredicto, al salir a la calle.
"Esta es la Justicia que tenemos. Esto debe revertirse, porque hay muchas otras víctimas que han pasado por lo mismo. Este es un caso de verguenza jurídica", disparó Mónica, la madre de Marcenac.
"Que cada uno se haga responsable de sus actos. Tenemos la certeza de que Ríos va a seguir matando. Los jueces no cumplieron con lo que debían. No ha sido valiente este tribunal, imagínese que en cuatro o cinco años alguien vaya a estar atento de que algún médico firme la posibilidad de que vuelva a estar en la calle", alertó. Adrián Marcenac, el padre de la víctima, acusó a los jueces de que "no supieron leer el expediente y los testimonios. Se basaron solamente en la argumentación ficticia, falaz, que armó el cuerpo médico forense. La conclusión es que la Justicia no la dictan los jueces, sino los médicos. Es vergonzoso y peligroso".
"A nuestro hijo no lo mató nadie. Ni Ríos, ni sus padres; nadie es responsable, sólo la natrualeza. Es lo que nos dijo el tribunal hoy. Este individuo (por Ríos) comprendía lo que estaba haciendo", embistió.
Además, advirtió que el victimario "no mostró ningun dolor, no le importa matar y va a seguir matando".
El juicio contra Martín Ríos se inició el 3 de junio pasado, cuando el principal imputado se negó a declarar ante el tribunal oral y mantuvo una actitud taciturna y hermética durante la lectura de la acusación.
Vestido con pantalones jean, buzo bordeaux y campera azul, estuvo durante la primera parte de la audiencia en la sala de debate, cerca de los padres de Marcenac, pero luego, por decisión de la presidenta del tribunal, Ana Dieta de Herrero, fue conducido a una sala contigua. Desde entonces, Ríos no había vuelto a la sala de audiencias hasta hoy, en que estuvo presente para escuchar, sin gesto ninguno, la decisión de los jueces.
Tras el final de la lectura, Ríos fue rápidamente sacado de la sala para ser trasladado al Borda.
