Explicó que "prueba de ello es que si ustedes repasan todo lo que es el armado de mi gobierno, se van a dar cuenta con toda claridad que tiene absolutamente mi impronta".
El ex funcionario, en tanto, no descartó sumarse a algún sector "afín al justicialismo" disidente y aseguró que no cree que haya habido una orden desde la Casa Rosada o la Quinta de Olivos para desplazarlo.
"El ex presidente (Néstor Kirchner) había hecho comentarios muy positivos sobre mi trabajo, y la única vez que la vi a la presidenta (Cristina Fernández), me felicitó y me dijo que ella consideraba que era uno de los mejores funcionarios del país", comentó.
La expulsión del funcionario del gobierno bonaerense se registró en medio de las tensiones políticas generadas en el oficialismo a raíz de las candidaturas testimoniales para las elecciones del 28 de junio, que consisten en presentarse como aspirante a diputado o concejal para renunciar, una vez que resultaren electos.
La caída de Montoya comenzó cuando el ahora ex funcionario había señalado esta semana en una carta que "en los últimos tiempos desde el oficialismo hemos perdido parte de la capacidad de escuchar a la sociedad, a los líderes opositores, a los distintos sectores sociales y productivos del país". A ello se sumó su enfático rechazo a ser candidato a concejal kirchnerista de San Isidro, para luego renunciar en caso de que fuese electo, mientras que el ex funcionario ratificó su postura en ese sentido.
"Las candidaturas son compromisos personales. Yo no me pongo a abrir juicio ni a hablar de la estrategia electoral del Gobierno. No estoy juzgando a otros, pero yo no quiero hacerlo", insistió en declaraciones radiales.
Subrayó que se defendió de una candidatura que "me instalaron y que yo no quería: Ahí ocurrió algo en el medio, por el momento no lo sé".
Luego se preguntó: "¿Por qué motivo se avanzó en anunciar esta noticia de esta forma, si yo estaba diciendo 'no avancen con esto, quiero hablar con el gobernador (Daniel Scioli), no me gusta y quiero explicarle'?".
Según Montoya, Kirchner como su esposa, la Presidenta, hicieron comentarios sobre su gestión "muy generosos" y "muy elogiosos" y conjeturó: "No tendría sentido que quienes me están reconociendo, después me quieran echar. ¿Cuál sería el motivo?", se preguntó.
Montoya, apenas se fue de la agencia de recaudación Arba, recibió ofrecimientos para sumarse al peronismo disidente bonaerense e incluso lo habrían llamado desde la Gobernación cordobesa para asesorar o realizar el mismo trabajo que hacía en Buenos Aires.
Aclaró que no hay nada "cierto" sobre un ofrecimiento del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, ni del macrismo, pero no descartó un acercamiento con alguno de estos "espacios afines al justicialismo".
Sobre los motivos de su expulsión, señaló que "fue algo que alguien hizo a propósito para forzar mi salida", aunque afirmó que no sabe quién lo pudo haber orquestado.
"Sería una locura dejar una agencia de recaudación con un plan anticrisis en el medio de la crisis económica actual para desempeñar el cargo aquel (concejal) en San Isidro y tampoco me siento cómodo yendo al lugar y después no haciendo el trabajo", aseveró.
