El impacto tuvo lugar a 790 kilómetros de la Tierra, en el cielo de Siberia septentrional, cuando en Washington era el mediodía, indicó Nicholas Johnson, responsable para los "residuos orbitales" del centro espacial Johnson de la NASA, en Houston, y tuvo como protagonistas por la parte rusa a un difunto satélite de la serie Cosmos.
La nube no amenaza la Estación Espacial Internacional (ISS, su sigla en inglés) pero no está claro si los detritos ponen en riesgo otros satélites que se hallan en órbitas similares.
"Todos dicen que los riesgos para los vehículos de la NASA son mínimos", dijo una fuente de la agencia. (Télam)