El hecho en cuestión ocurrió el 15 de mayo de 2007, durante un "control pobacional" realizado por policías en el restaurante El Plato de Oro, situado en la Avenida San Juan al 2.400, de esta Capital.
Allí, los uniformados detectaron la adulteración de la patente de un taxi marca Volkswagen Polo, "pegando recortes de papel de color blanco en el primer y tercer dígito".
Así, la numeración pasó del original y verdadero "935" al disimulado "838", ante lo cual los policías detuvieron al dueño del taxi y secuestraron el rodado.
"La conducta que habría desplegado el imputado tiene por objeto evitar una correcta identificación del dominio del vehículo..., afectando el bien jurídico tutelado, la fe pública", sostuvo el voto mayoritario.
La patente alfanumérica "no tiende sólo al registro de los rodados, permitiendo diferenciarlos a unos de otros, sino que además cumple la función específica de identificación en la vía pública, razón por la cual su adulteración crea un concreto perjuicio", añadió el fallo.
Los jueces encuadraron el delito en el capítulo del Código Penal que se refiere a "falsificación de sellos, timbres y marcas", que en el inciso tercero del artículo 289 castiga con penas de entre seis meses y tres años de cárcel a quien "falsificare, alterare o suprimiere la numeración de un objeto regis-trada de acuerdo con la ley".