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Un ingeniero fue asesinado de cinco balazos al ser asaltado en su casa de San Isidro frente a su esposa e hijos




Un ingeniero fue asesinado hoy a balazos y su hijo resultó herido al ser atacados por ladrones que irrumpieron en su casa, un chalet de la ciudad bonaerense de Acassuso, mientras su esposa, sus otros chicos y una empleada también estaban dentro de la vivienda.
La nueva víctima fatal de la ola delictiva fue Ricardo Miguel Barrenechea, un ingeniero de 46 años, mientras el herido fue su hijo Tomás, de 17, quien fue asistido enseguida en el hospital de la ciudad y luego quedó internado estable en una clínica privada.

En tanto, en la misma zona se produjeron otros dos asaltos perpetrados por tres delincuentes, en uno de los cuales hubo dos heridos, por lo que se investiga si la misma gavilla protagonizó ese raid delictivo.

Los delincuentes lograron escapar y la policía dispuso un amplio rastrillaje en la zona para detenerlos.

La subdirectora de la DDI de San Isidro, Graciela Cuñal, confirmó que los malvivientes llegaron a la casa de Barrenechea en un auto ya identificado, cuyas características se excusó de difundir para no frustrar la pesquisa.

Los sujetos ingresaron a las 6.55 a la vivienda situada en Perú 725, entre Libertador y Pedro Goyena de Acassuso, partido de San Isidro, en el norte del Gran Buenos Aires.

En la finca estaban descansando el ingeniero, su esposa, sus cuatro hijos y la empleada doméstica.

Los delincuentes ingresaron a la vivienda y redujeron a la familia, pero según fuentes del caso el ingeniero y su hijo, al ver al resto de la familia en peligro, intentaron resistirse y fueron baleados a quemarropa.

Barrenechea, alcanzado por varios balazos, especialmente en la zona del abdomen, murió en forma casi instantánea en su casa.

Su hijo, herido en el área del hombro izquierdo, fue trasladado al Hospital de Agudos de San Isidro donde se informó que pese a la gravedad de la lesión que presentaba su vida no corría peligro.

Luego de ser atendido y compensado allí, el muchacho fue trasladado a una clínica privada correspondiente a su sistema de salud particular.

Tras el ataque los maleantes huyeron rápidamente.

Alrededor de las 9.30 el cadáver del ingeniero fue retirado de su casa y llevado a la morgue judicial para efectuarle las pericias pertinentes, que fueron ordenadas por la fiscalía en turno.

Después de las 10, parientes del ingeniero Barrenechea, enterados de lo ocurrido, comenzaron a llegar a la casa familiar.

Tomaron intervención en el caso la comisaría 4ta. de San Isidro -por "homicidio en ocasión de robo y lesiones graves"- y la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de la zonal.

Los policías hallaron en la casa de Barrenechea cinco vainas servidas calibre 45. Con respecto a la salud de Tomás, un directivo del Hospital de San Isidro dijo que había sufrido una herida en el hombro izquierdo, lo cual "comprometía el sistema de vasos" y le produjo también una fractura en el brazo de ese lado. Pero el joven fue asistido y "hemodinámicamente estable" y compensado fue trasladado a un establecimiento privado.

Casi a la misma hora fue herido a balazos un hombre de la zona durante un asalto en su casa de Cardenal Copello al 100, de Las Lomas de San Isidro. En el hecho también fue herida su empleada doméstica, pero por un balazo del hombre cuando con su arma replicó el ataque de los maleantes.

En tanto, con apenas unos minutos de diferencia, cerca de este último domicilio, en Neuquén al 50, tres ladrones entraron a una casa donde estaban un matrimonio, sus cinco hijos y la empleada. La familia fue amenazada, pero al no resistirse los malhechores se llevaron dinero, efectos personales y un vehículo de las víctimas.

La policía, con los datos aportados por los testigos, inició una batería de procedimientos en la zona en busca de los integrantes de la peligrosa gavilla.

Los investigadores no descartaron que sean los mismos ladrones que actuaron en la zona y que se hayan ocultado en algún asentamiento próximo, como la villa La Cava, en Beccar.

El jefe de la DDI de San Isidro, Adrián Luongo, informó que las cuatro departamentales de la zona norte y áreas aledañas estaban trabajando activamente en un intenso rastrillaje para dar con los criminales.

Al parecer vecinos pudieron aportar a la policía datos importantes sobre la descripción de los delincuentes, que en ambos casos habrían sido jóvenes de entre 16 y 18 años.

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