En la sexta audiencia del juicio oral que se sigue por el incendio que el 30 de diciembre de 2004 provocó 194 muertes, declararon los primeros testigos del debate, un grupo de ocho peritos oficiales y propuestos las querellas y defensas.
Sentado en ronda junto a sus colegas a un costado del estrado del tribunal, el ingeniero civil Juan María Cardoni explicó que la llamada puerta alternativa o de emergencia "no estaba prevista y fue habilitada por una resolución (la 6060), por lo que se la tuvo que tomar como válida".
Mientras señalaba con un puntero electrónico sobre un plano, el arquitecto Cayetano Profeta señaló que "esa puerta, que daba al estacionamiento, figuraba clausurada y se la habilitó como salida alternativa y no de emergencia", ya que no daba a la vía pública sino a otro espacio, por lo que "no resultaba reglamentaria".
"Tenía barra antipánico y cartel de salida, por lo que atraía a la gente por su tamaño, pero se encontraba cerrada con candado y cables", remarcó Cardoni, en coincidencia con el peritaje leído el viernes pasado.
Otra irregularidad que mencionó Profeta fue que el entrepiso del local tenía 400 metros cuadrados y el máximo permitido era de 300, y que debía contar -por sus dimensiones- con al menos dos puertas y no tenía ninguna.
Una de ellas estaba clausurada y daba a un pasillo del hotel lindante a Cromañón, Central Park, y la noche del incendio no pudo ser abierta y los bomberos optaron por hacer un boquete a su lado para poder rescatar gente.
El abogado querellante José Iglesias aseguró en un momento del interrogatorio que no existen planos del complejo que incluía a Cromañón entre 1930 y 1997, por lo que los abogados defensores de Omar Chabán, Raúl Villareal y el grupo Callejeros reclamaron que se vuelvan a pedir al Gobierno porteño.
"El juzgado (de instrucción) le pidió al Gobierno de la Ciudad los planos, pero hay una zona gris en el depósito de planos por un incendio... siempre se queman todos los planos que a uno le hacen falta en el momento más oportuno", denunció Cardona en tono socarrón.
También se afirmó que el local fue habilitado pese a que tenía 1.840 metros cuadrados y el máximo permitido para la zona era 1.500.
"Me llamó la atención que una primera habilitación fue rechazada y después aparece de repente el local con 1447 metros, con una enmienda, sin que se le hubiera hecho ninguna modificación", destacó Profeta.
Al respecto, Juan Domingo Levy, perito de la querella de Iglesias, dijo que "una enmienda de esa naturaleza es llamativa", porque no es habitual en los documentos públicos.
Otro tema de debate fue la plancheta de habilitación del local, la cual figuraba a nombre de Lagarto SA, pero no estaba exhibida en Cromañón como prevé la normativa. "La obligación de exhibirla es de quien regentea el local", coincidieron los peritos, en referencia a Chabán.
