Este a medio hacer ocurre, prosiguió Ferrer, porque el país tiene lo que llamó la “densidad nacional” donde se retiene recursos y no se cede los liderazgos, y esto impide la promoción del desarrollo de la ciencia y la tecnología.
También comentó la cultura tiene dos estados, uno es el conocimiento por donde el hombre interpreta el mundo que lo rodea pero al mismo tiempo se produce una manipulación de esa realidad, que se establece a través de una organización. Mientras que las creaciones del espíritu es la exposición del ingenio humano a través de las artes. “Ambos estadios son fundamentales y transformadores fundamentales”.
Luego de esta descripción dijo que Oriente por las características de sus sociedades, de fuerte contenido religioso, tuvo una producción y una riqueza superlativa de las creaciones del espíritu mientras que Occidente vivió una explosión creativa en lo científico desde la ciencia con Issac Newton, Miguel de Cervantes hasta el descubrimiento de América hacia finales del siglo XV. “Entonces tuvo el monopolio del conocimiento”, dijo uno de los integrantes de la Academia Nacional del Tango.
En cuanto a América Latina expresó, en el Centro Cultural Sabato, ubicado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, que hay una relación cultural dependiente con los Estados Unidos y Europa impidiendo la incorporación del conocimiento y tecnología, pero “tenemos una producción cultural fenomenal, pero individual” que se da por una bajo desarrollo económico, a diferencia de las naciones desarrolladas que incorporan, redistribuyen y generan condiciones sociales y económicas para apuntalar los productos culturales que se crean.
Siguiendo la misma línea, Ferrer, dijo que “el rol del Estado es fundamental en la cultural” donde en los países desarrollados aporta entre el 3 y 4 por ciento de su productor bruto interno a diferencia de América Latina con solo el 0,6 por ciento.
Sobre Buenos Aires indicó que posee un gran atractivo cultural al nivel de ciudades europeas como Nueva York, Londres y Barcelona.
“En Argentina hay un gran desarrollo cultural pero a nivel individualista, porque el apoyo institucional aún es débil. La cultura y la sociedad tienen que crear sus propios espacios. EL problema lo tenemos que resolver nosotros, no esperar que todo venga de afuera. La cultura deber ser un hecho nacional que se cocine hacia adentro, “en su propia salsa”.
Luis Viviant
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