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"La León" y un Delta árido con visiones antagónicas del mundo

La León y un Delta árido con visiones antagónicas del mundo
La lucha entre dos visiones antagónicas del mundo en una geografía aislada y primitiva donde reinan la intriga y la discriminación es el tema que Santiago Otheguy despliega en "La León", filme que se estrenará el jueves y que recibió premios en Alemania y España por la belleza árida de sus imágenes.
"Me interesaba mostrar el miedo que siente la clase dominante cuando sus privilegios están en peligro", afirmó Otheguy en una entrevista con Télam, y añadió que además quería indagar "cuáles son los mecanismos individuales que llevan a la violencia social y a la exclusión".

Galardonada en Berlín y Huelva por la belleza y excelencia de sus imágenes en blanco y negro, "La León" fue filmada en la tercera sección del delta del Paraná, una zona selvática y aislada de la civilización, y si bien tiene a los actores Jorge Román y Daniel Valenzuela como protagonistas, cuenta además con la participación de los habitantes del lugar.

"Me gusta un cine cuya definición plástica exprese sentidos y por eso el escenario del delta es muy importante, porque es como un mundo sin fronteras, un lugar en permanente movimiento", dijo Otheguy, que aplicó al filme una distancia documental y una visión antropológica para retratar el universo misterioso y remoto de las islas, donde el tiempo parece detenido.

La película describe el drama de Alvaro (Román), un habitante solitario de las islas cuyos únicos ingresos provienen de la pesca y del junco que suele cortar a las orillas del Río de la Plata, cuando bajan las aguas y se forman los bancos.

Su homosexualidad y su pasión por los libros no hacen más que aumentar su aislamiento, que sólo posee un lazo con la ciudad: "La León", lancha colectiva conducida por "El Turu" (Valenzuela), un hombre intolerante y conservador que ve en él a una amenaza para los valores y las virtudes del lugar.

"El hecho de que Alvaro sea gay provoca su exclusión. Siempre me imaginé cómo sería un personaje que vive una pulsión homosexual pero que no se encuentra en un paradigma adecuado para expresarlo. Y sobre todo, qué es lo que despierta en el otro y qué es lo que provoca esa diferencia", señaló el director.

Según Otheguy, "el personaje de Alvaro es un tipo muy preocupado en cómo asumir su diferencia. Representa al ser que busca resistir y sobrevivir siendo lo que es y no se somete al tiempo marcado por los dominantes. Es una figura de resistencia que trasciende la homosexualidad".

"En ese sentido -añadió el cineasta- su condición sexual es sólo un ingrediente, porque podría haberse tratado de xenofobia o segregación religiosa, pero la homosexualidad es algo mucho más ligado a una pulsión orgánica e incontrolable que se opone a otras pulsiones como el poder y la opresión que resuenan en el personaje del Turu".

Con respecto a la forma y el aspecto austeros del filme, Otheguy afirmó: "Quería hacer una película desértica, y el Delta es como un desierto sobre el agua, lleno de árboles pero árido al mismo tiempo. La idea de la fotografía de Paula Grandío era un blanco y negro que diera cuenta de cierta aridez en un lugar tan húmedo como las islas".

"El delta es un lugar donde vos sentís que no hay leyes, donde las cosas derivan y se van sedimentando, y donde también se ve la herencia y la forma en la que una generación le va legando cosas y conocimientos a los que siguen", describió el realizador.

Y agregó: "Ese delta es un lugar donde todo parece estar medio en ruinas y semidestruido, donde mueren las viejas generaciones y donde los privilegiados entran en pánico con la idea de que otras formas, como la que representa Alvaro, empiecen a aparecer en el lugar".

El cineasta, que contó con la ayuda del escenógrafo Sergio Rud, un maestro que vivió durante la dictadura militar en esa zona del delta, dijo que su idea es buscar "alternativas al lenguaje cinematográfico habitual y tratar de encontrar una 'imagen mundo', un cine de autor independiente que tiene otro ritmo diferente al de la televisión".

"Tenemos a la televisión y a Hollywood para ver un lenguaje uniforme y estereotipado del mundo, pero como cineasta uno tiene mínimamente la responsabilidad de tratar de narrar algo con un lenguaje diferente, que pueda dejar rastro de lo que se está contando", aseguró.

(Télam, por Paulo Pécora).

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