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Crece la preocupación en Francia por la ola de violencia

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, convocó a una reunión urgente para tratar la situación de seguridad en la periferia parisina tras los disturbios juveniles que siguieron a la muerte de dos adolescentes, anunció hoy la Presidencia francesa.
A la reunión, prevista para mañana a las 9.45 en el Palacio del Elíseo, acudirán el primer ministro, Francois Fillon, las titulares de Interior y de Justicia, Michele Alliot-Marie y Rachida Dati, y la secretaria de Estado del Ministerio de Vivienda y Política de Ciudades, Fadela Amara.

Los desmanes, los más graves desde la ola de disturbios en los suburbios de París de 2005, comenzaron el domingo por la tarde tras la muerte de dos jóvenes cuya moto chocó contra un patrullero en Villiers-le-Bel, una localidad suburbana ubicada al norte de París donde habitan residentes árabes, negros y blancos.

Residentes del lugar dijeron que los policías dejaron el lugar del accidente sin ayudar a los jóvenes heridos, que tenían 15 y 16 años. La policía expresó sus dudas sobre estas afirmaciones, pero ordenó la apertura de una investigación formal.

Sarkozy, quien hoy emprendió su viaje de regreso desde China tras finalizar un viaje oficial de tres días, visitará antes un hospital de los suburbios parisinos donde se encuentran internados policías y bomberos heridos en los incidentes, entre ellos un comisario en estado de gravedad, informó la agencia Europa Press.

Luego, el jefe del Estado galo recibirá en El Elíseo a Didier Vaillant, el alcalde de Villiers-le-Bel, informó el portavoz gubernamental, David Martinon.

La violencia en estos dos días fue más intensa que durante las tres semanas de disturbios de 2005, puesto que la policía fue tiroteada y enfrenta ahora a "auténticas guerrillas urbanas con armas convencionales y de caza", reveló Patrice Ribeiro, alto dirigente del sindicato policial.

"Está claro que mis colegas no se dejaran tirar indefinidamente sin responder", advirtió.

Las autoridades dijeron que al menos 80 policías fueron heridos en la segunda noche de desmanes y enfrentamientos en Villiers-le-Bel y en las vecinas localidades de Sarcelles, Garges-les-Gonesse, Cergy, Ermont y Goussainville, las mismas que fueron escenarios de los disturbios de 2005.

Los jóvenes atacaron a los oficiales con escopetas, bombas incendiarias, botellas llenas de ácido y bates de béisbol, mientras que la policía respondió con balas de goma y gases lacrimógenos, informaron las autoridades.

Un patrullero y otros 62 autos, así como varias toneladas de residuos, fueron incendiados anoche. Varios edificios, incluyendo una escuela y una biblioteca, resultaron dañados. Los jóvenes atacaron y prendieron fuego a un colectivo que pasaba sin pasajeros y seis personas fueron arrestadas.

En la primera noche de disturbios, la del domingo, 30 policías fueron heridos, 28 vehículos, cuatro comercios y un patrullero fueron quemados y nueve personas fueron detenidas.

El primer ministro Francois Fillon visitó hoy Villiers-le-Bel y rodeado de un imponente operativo de seguridad, aseguró que "los que tiran contra los policías son criminales".

Más tarde la localidad fue visitada por la ministra Alliot-Marie, quien le solicitó a la población de las comunas "aislar a los delincuentes que tiran contra la policía" y que "buscan explotar este acontecimiento con fines diferentes".

"Nadie tiene ganas de revivir el mismo escenario del 2005. La violencia no quitará el dolor de las familias y dificultará la posibilidad de reconstruir los suburbios", expresó el ministro de Trabajo Xavier Bertrand, quien se encuentra preparando un 'Plan Suburbios', en declaraciones a la cadena de televisión LCI.

Hace dos años, las periferias de París fueron escenario de varias semanas de enfrentamientos con la policía, desencadenados por la muerte de dos jóvenes descendientes de inmigrantes que huían de la policía y se electrocutaron.

Los incidentes de 2005, los peores en varias décadas, evidenciaron el fracaso de Francia en integrar a su población inmigrante, sobre todo a los árabes de sus ex colonias en Africa.

El gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy, un ex ministro del Interior conocido por su mano dura con la inmigración ilegal y el crimen, prometió un "plan Marhsall" para tratar con la exclusión y el desempleo en los suburbios. (Télam)

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