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Tras 26 días de cautiverio liberan sano y salvo a Andreola

El empresario del transporte Franco Andreola, quien permaneció secuestrado 26 días, fue liberado hoy luego de que sus familiares pagaran un rescate de unos 200 mil dólares que arrojaron desde un tren en movimiento.
Los investigadores aseguraron que la negociación para el pago del rescate se inició a las 19 de ayer y culminó pasadas las 22.30, cuando un amigo de Andreola, de nombre Pablo, arrojó una bolsa con el dinero en cercanías de la localidad de San Francisco Solano, luego de haber sido sometido a un sistema de postas entre la ciudad de Rosario y la zona sur del conurbano.

Una fuente policial afirmó que, antes de concretarse el pago y la posterior liberación de la víctima, ya habían fracasado otros cuatro intentos de entregar el dinero entre el jueves pasado y ayer.

Andreola fue liberado por sus captores cerca de las dos de la madrugada en la ruta provincial 4 en la localidad de Los Cardales, en el partido de Exaltación de la Cruz, a 65 kilómetros al noroeste de la Capital Federal, y los médicos que lo atendieron dijeron que se encuentra en buen estado de salud.

Según las fuentes, cerca de las 19, los familiares recibieron un llamado de los secuestradores que le dijeron que fueran en un auto hacia la ciudad de Rosario, por lo que el amigo de Andreola se dirigió a ese lugar.

Una vez en que estaba en proximidades de Rosario, le hicieron regresar y tomar distintas autopistas, para luego ordenarle que fuera hasta la estación de trenes de Florencio Varela.

Finalmente, le hicieron tomar el tren hacia la zona de San Francisco Solano, hasta que le ordenaron arrojar la bolsa con el dinero en una zona descampada.

El hombre fue encontrado casi cuatro horas después por un remisero, quien lo asistió y le avisó a la policía para que lo fueran a buscar.

Según las fuentes, Andreola fue abandonado con una manta para que se protegiera del frío, estaba con barba de varios días y muy desalineado, ya que durante su cautiverio no le habrían permitido asearse.

Los pesquisas dijeron que, ni bien fue liberado, el empresario pidió ayuda en una sociedad de fomento, donde no recibió respuesta, luego pretendió que lo recogiera en la ruta un camionero, que no paró y, finalmente, fue auxiliado por el remisero Claudio Puche, quien desde su teléfono llamó a las oficinas de su remisería y, luego, a la policía.

El remisero aseguró que cuando encontró a Andreola, éste le dijo que se trataba del empresario secuestrado.

"Me dijo que era Andreola, yo lo vi bien, pero un poco desorientado. No sabía dónde estaba. Yo le expliqué que estábamos en el partido de Campana y después llamé a la policía", dijo Puche en declaraciones radiales.

Un patrullero de la comisaría de Alto Los Cardales llevó al empresario hasta la seccional policial, donde fue atendido por un médico que constató que se encontraba bien de salud.

Luego, poco más de media hora después, llegaron a la comisaría efectivos de la División Antisecuestros de la Policía Federal, cuyos investigadores estuvieron trabajando en la pesquisa desde el 29 de agosto pasado, cuando comenzó el caso.

Alrededor de las 5 de la madrugada, rodeado por algunos de sus familiares, Andreola ingresó en su casa en el barrio Inglés, en el barrio porteño de Caballito.

Andreola había sido secuestrado por al menos siete delincuentes armados que soprendieron a un grupo de empresarios del transporte que participaban de una cena en un quincho de la firma El Rápido San José, del grupo Flechabus, en Río Cuarto 1963 del barrio porteño de Barracas.

Dos días después, la familia recibió la primera llamada extorsiva para exigir un rescate de medio millón de dólares.

Desde un primer momento, la familia indicó su voluntad de evitar toda intervención policial y así poder pagar un rescate, aunque comenzó a negociar una reducción en el monto que exigían los captores.

Durante los 26 días de cautiverio, la familia recibió dos pruebas de vida.

Andreola vende en la Argentina las carrocerías Busscar, de origen brasileño.

La investigación del caso está en manos del fiscal federal Federico Delgado, con la actuación del juez federal Ariel Lijo.

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