Sentimos mucha tristeza al despedirlo en el cementerio de San Fernando, nunca lo conocimos, o quizás si, en cada uno de los policías que allí estaban acompañando a su camarada, huérfanos todos, ese fue nuestro gran dolor, la indiferencia de los jefes policiales, de las autoridades ministeriales, de la comunidad toda que no fue a despedir a quien dio su vida por ellos.
Donde estaba usted Doctor Arslanian? y Usted Doctor Arias Duval? Seguramente discutiendo sobre la sensación de inseguridad que vivimos los bonaerenses. Donde estaban los Jefes Virtuales de la Policía, como el Superintendente Rago, el Comisionado Araguez, el Inspector Pozzoli, el Capitán Hermida? tienen sangre azul ustedes o quizás estaban buscando al caco? Donde estaban las asociaciones de derechos humanos? Ah… perdón! Era un policia, no tienen derechos y no son humanos.
Ya ni siquiera cumplen con las hipócritas honras fúnebres estipuladas por el reglamento, aunque solo sirven para corresponder con la norma ya que después de la ceremonia nadie se acuerda del héroe muerto, de la esposa, de sus hijos ni de sus compañeros que deben continuar en desventaja enfrentándose a diario con la delincuencia.
La Gloria que llevan en sus muertes los policías es tan grande que a pesar de la falta de reconocimiento social por su entrega , continúan luchando contra la delincuencia, por la paz social y la seguridad del pueblo, ya que ellos son parte también de esta sociedad, aunque algunos piensen que no son iguales a nosotros y los vean despectivamente como “vigilantes”, seguramente ellos deben tener hoy una leve sonrisa por la fobia que le tienen a los hombres de azul, pero así es la historia y hoy la escriben ellos.
Es fácil responsabilizar a una Institución y a sus hombres, carentes de los instrumentos y medios representativos para su defensa y que permitan poner en conocimiento de los ciudadanos las verdaderas causas que generan su desprestigio. El policia…. El único ser obligado por Ley a poner en riesgo su vida sin el debido reconocimiento, saliendo de su casa todos los días encomendándose a Dios y rogando le permita regresar con su familia vivo y no en un cofre de madera y que falsos apenados le entreguen a sus seres queridos una bandera y una gorra como dadiva por el deber cumplido.
Descanse en paz Sargento Stichi
Foro de Seguridad de la comisaría Primera de Tigre
