En abril, la venta de combustibles en Argentina registró su nivel más bajo en 34 meses, con una caída del 13,7%, la más pronunciada en tres años y medio, según un estudio de la consultora Politikón Chaco. Este descenso se atribuye a la recesión económica interna y al aumento de precios en las áreas fronterizas.
El presidente Javier Milei señaló recientemente que la actividad económica había tocado fondo en marzo y abril, y afirmó que ya se observan signos de reactivación.
De acuerdo con el informe de Politikón Chaco, en abril se vendieron 1.296.255 metros cúbicos de combustible al público, incluyendo naftas y gasoil. "Es el volumen de ventas más bajo en 34 meses, remontándose a junio de 2021 con 1.157.630 metros cúbicos comercializados", destacó el informe.
Comparando con abril de 2023, las ventas de combustibles cayeron un 13,7%, el descenso más significativo en 41 meses y el quinto mes consecutivo con resultados negativos. Respecto a marzo de 2024, las ventas descendieron un 6,9%.
Las ventas de naftas mostraron una baja del 11,4% interanual, con una notable disparidad entre segmentos: la nafta súper cayó un 6,8% interanual, mientras que la nafta premium descendió un 24,2%. En cuanto al gasoil, el resultado global fue una caída del 16,5% interanual, con el gasoil común bajando un 19,1% y el premium un 10,7%.
En términos geográficos, solo dos de las veinticuatro provincias exhibieron incrementos interanuales: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) con un 1,9% (impulsado por un aumento del 5,2% en naftas frente a una caída del 7,4% en gasoil) y Río Negro con un 0,3% (debido a un incremento del 3,7% en gasoil frente a una disminución del 2,8% en naftas).
Por el contrario, en las veintidós provincias restantes, las ventas de combustibles se contrajeron. La caída más leve se registró en Catamarca con un 9,5%, siendo la única de un dígito. En el resto de las provincias, las caídas fueron de doble dígito, con descensos superiores al 30% en Misiones (-32,2%) y Formosa (-35,1%), las más fuertes del país. Estas caídas se atribuyen a una menor afluencia de extranjeros debido a la suba de precios en las zonas limítrofes.
