Al igual que los futbolistas y el entrenador, el jefe comunal tigrense dijo que "quince patovicas" pegaron con "palos y sacaron armas", con una de las cuales golpearon al arquero Damián Albil.
También se quejó de que "el delegado de la Confederación (Sudamericana) parecía más delegado del San Pablo" y enfatizo que lo ocurrido "habilita una sanción al club" brasileño.
Finalmente dijo que demoraron la confirmación al árbitro de no salir a jugar para "pedirle a los hinchas y a las familias a que deje la tribuna".