Puntualmente, uno de los testigos -Santiago Asorey, que tenía 15 años en aquel momento y hoy tiene 23- dijo que vio a Pachelo junto a sus amigos corriendo bajo la lluvia la tarde del crimen, a las 18.20, apenas terminó el partido de River-Boca, y que momentos después vio pasar en el mismo sentido a María Marta en bicicleta.
Luego declaró su amigo, Marco Cristiani, que confirmó en una de las esquinas del country que "nos cruzamos con una persona que venía trotando: era Nicolás Pachelo". Pero aclaró que él no vio a María Marta. El tercer testimonio que aludió a Pachelo correspondió al vigilador Víctor Contreras, un custodio de la empresa Cazadores que el día del crimen estuvo asignado al puesto ubicado frente a la casa de Pachelo.
Contreras recordó que aquel domingo era un día lluvioso y se quedó en el puesto escuchando el partido. "Ese día hubo disparos, fuegos de artificio, no sé porque jugaban River y Boca. Lo que recuerdo es que se escucharon más tiros cuando metió el gol River que cuando lo metió Boca", señaló, aunque -afirmó- a su criterio, no obstante, los ruidos provendrían del exterior.
Contreras dijo que aquel día lo vio a Pachelo, con la camiseta de River en los hombros, pero no pudo precisar la hora pese a que su labor consistía en vigilar sus movimientos.
"Lo vi en la camioneta creo que llegando a la casa. Ese puesto era para vigilar al señor Pachelo", dijo.
La fiscal le pregunto si lo había visto después del partido y el testigo dijo: "Lo vi caminando y lo vi en la camioneta, no sé a que hora pero ver, lo vi".
El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro también escuchó a Alba Benítez y Gerardo Oberndorfer, responsable y mozo del club house respectivamente, quienes dijeron haber visto a Carrascosa en ese lugar el domingo 27 de octubre de 2002, entre las 18 y las 19, hora en que -según la Fiscalía- se produjo el crimen y que -según el viudo- estuvo en la casa de los Bártoli.
Benítez confirmó que Carrascosa "habrá estado quince minutos, lo que se tarda en tomar un café", después del partido y recordó que ella le convidó un 'lemoncello' mientras el ahora viudo le recomendaba no contratar gente para enero porque el country solía quedar desierto.
El mozo fue más contundente: dijo estar convencido que fue aquel domingo por el partido de River y Boca y que el ahora viudo aquel día estuvo quince minutos, con la misma actitud habitual: "Así, tranquilón".