Enfrente estuvo Lanús, un equipo vacío, que no tuvo ningún tipo de respuestas, ni anímicas ni futbolísticas, y por eso perdió bien.
Chacarita sorprendió, porque lejos de sentirse y jugar como visitante fue a buscar el partido, con un planteo arriesgado tanto en defensa, utilizó tres hombres, como en ataque (Morales como organizador, más Parra y Milla, como delanteros).
Y a Gamboa la apuesta le salió bien, porque Chacarita jugó la mayor parte del tiempo en campo de un Lanús desconcertado e inoperante en ofensiva.
A los 2 minutos un remate de Milla fue enviado al córner por Marchesín, y ocho minutos después fue Parra el que demandó una buena intervención del arquero para evitar la apertura del marcador.
Sin embargo, con el correr de los minutos Chacarita perdió fuerza y permitió que Lanús se adelantara en el campo. Sin embargo, el equipo dirigido por Zubeldía careció de ideas y sólo atinó a los pelotazos o las subidas de Grana y Velázquez, para progresar en ataque.
El partido estaba en una meseta, cuando Parra metió un pase en profundidad para Milla, que salía de un off-side, el delantero paró la pelota y cuando Marchesín intentó el achique, metió un derechazo que envió el balón al fondo del arco.
En el comienzo del segundo tiempo, Luis Zubeldía intentó revertir las cosas y mandó a la cancha a Agustín Pelletieri y Santiago Salcedo, pero estas modificaciones no le dieron resultado.
Lanús tuvo el terreno y la pelota, pero se mostró impotente, con la excepción de Santiago Biglieri, y a los 6 minutos recibió el golpe de gracia, cuando Parra, con un zurdazo bajo al palo izquierdo, marcó el 2 a 0.
Como hasta ese momento, ni Blanco ni Salvio le aportaron algo a Lanús, que siguió penando por la cancha, exponiéndose ante cada ataque de Chacarita a un nuevo gol.
Y ese gol, el tercero, llegó a los 27 minutos, cuando Parra, anticipándose a dos defensores, metió un cabezazo que provocó que la pelota ingresara cerca del palo izquierdo de Marchesín.
Chacarita jugó bien y consiguió un triunfo merecido, que le da un impulso importante para la lucha que sostienen para mantener la categoría. Lanús fue un equipo desconocido, que en ningún momento le encontró la vuelta al partido. Pero lo que más le debe preocupar a Zubeldía y sus hinchas, algunos de los cuales se fueron antes del final, es la falta de actitud que mostraron los jugadores.
