La medida de fuerza provocó filas de vehículos de más de 10 kilómetros a la altura del puente Henry Ford, próximo a la planta fabril, y más de tres horas de demoras a la altura de Escobar, obligando a los conductores a tomar caminos alternativos.
La protesta fue seguida por numerosos efectivos de Gendarmería Nacional, que no intervinieron para desalojar a los manifestantes de la autopista.
El bloqueo sobre la ruta Panamericana se levantó cerca de las 15, cuando los trabajadores se replegaron a la fábrica para realizar una asamblea y decidir si profundizan el "plan de lucha".
"El corte se levantó para realizar una asamblea dentro de la fábrica, de donde pueden salir medidas de fuerza más profundas, como marchar sobre la Panamericana", explicó Jorge Penayo, integrante de la comisión interna. En tanto, Ramón Bogado, delegado de los empleados de la ex fábrica Terrabusi, advirtió que están "dispuestos a negociar" con la empresa, aunque condicionó la negociación a la reincorporación de la totalidad del personal despedido. El portavoz de los trabajadores aseguró que "ningún funcionario se ha hecho presente" y denunció que el sindicato que los agrupa "se ha borrado totalmente". "Llevamos 34 días de esta situación, estamos dispuestos a negociar, somos flexibles en las negociaciones, lo único que queremos es que los puestos vuelvan a ser ocupados" por los empleados despedidos, dijo en declaraciones radiales. La protesta de los empleados de la empresa alimenticia contó con el apoyo de estudiantes universitarios, que cortaron esta mañana el tránsito vehicular en el cruce de las avenidas Corrientes y Callao. La manifestación estudiantil en solidaridad con los despedidos de la ex Terrabusi provocó inconvenientes para circular y congestión vehicular en un amplio radio del barrio porteño de Congreso.
Esta no es la primera vez que los trabajadores interrumpen el tránsito sobre la ruta Panamericana, ya que el jueves impidieron la circulación de automóviles con quema de neumáticos, de 7 a 9 y de 14 a 15.30.
En tanto, el lunes 7 de setiembre, tras violentos incidentes con la policía y Gendarmería, los trabajadores tomaron la planta actualmente manejada por la firma Kraft Foods.
El mes pasado la empresa despidió a 155 trabajadores de la planta de General Pacheco y la compañía definió el hecho como una "consecuencia de una serie de paros intempestivos y otras medidas de fuerza que impidieron el normal funcionamiento de la empresa".
Los empleados, por su parte, expresaron que el conflicto comenzó porque "en enero de este año (la empresa) impulsó un plan de arreglos voluntarios, amedrentando y amenazando a los trabajadores que se negaban a arreglar, justificando su posición con la caída de las ventas".
