Dos camiones cargados con indumentaria deportiva valuada en 250 mil pesos se detuvieron en esa esquina. Los custodios de los vehículos quedaron más atrás, atrapados en el caos de tránsito.
Ante esa circunstancia, dos personas vestidas de limpiavidrios se acercaron a cada camión y segundos después de comenzar a limpiar los parabrisas, intimidaron a los conductores y a sus acompañantes con armas de fuego y se subieron a los vehículos.
Los camiones sustraídos, de las marcas Mercedes Benz y Volvo, aparecieron horas más tarde abandonados y sin su carga en Tigre y San Miguel, mientras que los rehenes fueron liberados en Campana.
Estos piratas del asfalto continúan prófugos. Los pesquisas sospechan que hubo un entregador, alguien de la firma o de la empresa de seguridad. El único dato que manejan es que la banda se desplazó en un Volkswagen Bora negro.
Intervienen en la causa funcionarios del departamento judicial de San Isidro, según informó un matutino porteño.