Estos controles que se realizan de manera rutinaria durante todo el año, se intensifican en la época de las fiestas, para evitar la circulación de conductores que hayan consumido alcohol.
Los operativos son aleatorios y se van reubicando en dos o tres puntos claves de circulación de automóviles, generalmente en las avenidas principales del Partido, que conectan a la ciudad de Buenos Aires con la zona norte del AMBA.
Se trata de una política pública que ha resultado efectiva en Vicente López, ya que ha logrado la disminución de los resultados positivos del test debido a la cantidad de vehículos controlados.
La alcoholemia positiva es una de las infracciones más graves que hay y cuando se detecta un caso, al conductor se le suspende la licencia entre 12 y 24 meses, según el grado de alcohol en sangre.
Además, en caso de que el infractor tenga antecedentes por faltas similares, el juez podría agravar la sanción.
La Ciudad de Buenos Aires también incrementa los controles de alcoholemia durante las fiestas
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) sumará diez puestos de control de alcoholemia “en puntos estratégicos de la ciudad y con protocolos especiales”, con motivo de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, informó la Secretaría de Transporte y Obras Públicas.
Estos puestos se suman a los que ya se encuentran funcionando desde el mes de noviembre “con protocolos especiales aprobados por el Ministerio de Salud”, se informó a través de un comunicado.
La Secretaría advirtió que “el 21% de los siniestros fatales registrados en la Ciudad de Buenos Aires están relacionados con el consumo de alcohol”.
En tanto, Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas precisó que "2 de cada 10 incidentes fatales que se registran en la Ciudad se producen por consumo de alcohol”.
“Durante las fiestas vamos a reforzar nuestra presencia en las calles para renovar nuestro compromiso con los vecinos y remarcar la importancia de cuidarnos entre todos: si vas a manejar no tomes", manifestó.
Debido a la pandemia por el Covid-19, la Secretaría de Transporte y Obras Públicas junto al Ministerio de Salud de la Ciudad elaboraron “un protocolo especial para cuidar y prevenir contagios tanto de las y los conductores como de los y las agentes que realizan el operativo”.
De acuerdo a lo informado “desde 2016 a 2019 la cantidad de controles de alcoholemia creció 152% (se pasó de 119.772 controles en 2016 a 302.186 controles en 2019) y hubo un descenso sostenido del porcentaje de positivos”.
En cuanto al operativo, se informó que se controla un auto por vez manteniendo la distancia social y que hay dispuestas dos zonas, la primera, para un control con alómetro (dispositivo que el conductor debe soplar y determina si hay presencia de alcohol); y la segunda, para el test con alcoholímetro que determina el dosaje de quienes resulten positivos del primer control.
Los Agentes de Tránsito a cargo del operativo harán uso permanente de barbijo triple capa, guantes de examinación, máscara acrílica, y dispondrán de alcohol en gel para desinfectarse las manos y quienes están a cargo de manipular el equipo de medición de tipo alcoholímetro, realizarán el recambio de guantes entre control y control.
En caso de dar positivo, se labra una contravención, se retiene la licencia del conductor y se otorga una licencia provisoria por 3 días corridos y se remite el vehículo la Playa de Acarreo correspondiente.
“No se puede ceder el volante en caso de ir con un acompañante”, aclara el documento.
Las infracciones por alcoholemia positiva van desde 3.210 a 21.400 pesos, y el conductor que se niegue a someterse al control de alcoholemia, estupefacientes u otras sustancias similares, será sancionado con una infracción de $6.420, con agravantes y el transporte público, con una multa de 12.840.
El acompañante de una moto, que supere los límites permitidos de alcohol en sangre, tendrá una multa de 2.140 pesos, precisó la información.
