Según las fuentes policiales, entraron a la casa de la familia más próxima violentando la puerta y de allí lograron llevarse celulares, notebooks y dinero en efectivo.
La faena siguió en la casa lindante, allí rompieron una puerta y se llevaron lo que tenían a mano. Confiados en que no habían sido descubiertos, repitieron la tarea en otra casa.
En la cuarta casa que ingresaron, fueron detectados en la cocina por un niño de 9 años que inmediatamente comenzó a gritar. Los propietarios de la casa se despertaron y bajaron rápidamente y vieron que uno de los delincuentes había tomado un cuchillo e intentaba taparle la boca al menor, por lo que inmediatamente llamaron a la Policía, mientras los delincuentes se lanzaron a correr.
Según dijeron las fuentes, los móviles policiales llegaron rápidamente al lugar. Las víctimas les indicaron a los efectivos para que lado habían huido y fueron tras ellos.
Según señalaron las fuentes policiales, los delincuentes se habían trepado a un árbol y se mantuvieron escondidos en la copa del mismo. Inmediatamente, fueron detenidos y puestos a disposición de la fiscal Laura Capra, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Benavídez.
En el procedimiento se secuestró todo lo que habían robado, más dos cuchillas de cocina y dos barras de metal que habían sido utilizadas para violentar las puertas.