El movimiento telúrico se extendió a lo largo de 800 kilómetros del territorio chileno y se percibió en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana de Santiago, O'Higgins y Maule, con intensidades de VI a II en orden descendente, según la escala internacional de Mercalli.
En Santiago, la intensidad fue VI y despertó a los casi siete millones de habitantes de la ciudad, aunque no se reportaron daños materiales visibles ni cortes en el suministro de servicios básicos.
El epicentro se localizó a seis kilómetros al este de la localidad de Colina, con el hipocentro a 998,7 kilómetros de profundidad, según el Centro Sismológico de la Universidad de Chile.
En tanto, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) lo situó a 88,2 kilómetros bajo la superficie y calculó la magnitud del sismo en 5,5 grados Richter.
El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada descartó a los pocos minutos de ocurrido el sismo la posibilidad de un tsunami en las costas de Chile.
Más de un centenar de localidades de las cinco regiones señaladas fueron afectadas por la onda sísmica, y las mayores intensidades correspondieron, según la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), a Santiago y Melipilla, con grado VI.
En la región de Coquimbo, a 500 kilómetros al norte de Santiago, la intensidad fluctuó entre grado III y II; en la de Valparaíso entre V y IV; en la de O'Higgins entre V y III y la de Maule, a 300 kilómetros al sur de la capital, entre III y II.
"No se reportan daños a personas, alteración de servicios básicos o infraestructura producto de este sismo", según informó la Onemi, citada por la agencia de noticias EFE.
