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Paula Pareto cambió el judo por el buceo en Semana Santa

Paula Pareto cambió el judo por el buceo en Semana Santa
La judoca Paula Pareto hizo un parate en su preparación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y se hizo una escapada en Semana Santa a la localidad chubutense de Puerto Madryn, donde nadó con lobos marinos, aprendió a bucear y participó del Vía Crucis Submarino.
Campeona mundial y primera en el ránking olímpico tras un 2015 de ensueño, la atleta de 30 años nacida en San Fernando se ha convertido en un icono del deporte argentino en los últimos ochos años (tras el bronce olímpico en 2008).

Pero, claro, no sólo de judo vive una chica inquieta y con energía como la “Peque”, recibida de médica desde hace dos años, tras una carrera que compartió con la exigencia que supone un calendario de deportista top.

Por caso, cada sábado juega al fútbol con sus amigas y, cada tanto, hay actividades que despiertan su interés, como las que pudo cumplir esta Semana Santa en Puerto Madryn.

A cinco meses del comienzo de los Juegos Olímpicos, cita top que la tendrá como una de las máximas esperanzas de medalla de la delegación argentina, Pareto programó un parate de dos días en su preparación y se hizo una escapada a la bellísima ciudad chubutense junto a su madre.

Su propósito fue desenchufar de ese cable llamado Río para vivir momentos únicos: nadar con lobos marinos, tener un bautismo de buceo y participar del Vía Crucis Submarino, evento único en el mundo.

“Siempre fueron experiencias que quise tener. No soy una amante del agua, pero las había visto y me llamaban la atención. Me encanta la naturaleza y más aún la interacción con animales”, contó la judoca.

Lo primero fue hacer snorkelling en una lobería ubicada a 8 kilómetros de la costa: “Tuve algo de miedo, confieso, sobre todo cuando tuve a centímetros a animales tan grandes. Pero terminó siendo emocionantes porque si vos los respetás, son inofensivos y hasta cariñosos”.

Más tarde disfrutó de su bautismo bajo el agua desde una plataforma, que reconoció que le costó “más”, porque llevaba más equipamiento.

“Cuando te van bajando hacia el fondo te da un poco de miedo. Prefiero luchar con la mejor de mi categoría (se ríe)…

Pero también fue increíble, ver los peces a tu lado y saber que estás respirando bajo el agua. Encima tuvo el plus de que terminamos casi de noche”, bromeió Pareto, quien no sufrió tanto el frío como de costumbre gracias a los trajes especiales que se usan.

La frutilla del viaje fue el viernes, cuando Pareto usó esas primeras técnicas para acompañar por algunos metros a los buzos profesionales que realizaron el Vía Crucis Submarino, un singular evento que se realiza desde hace 13 años en Madryn (por ser la Capital del Buceo) y es guiada por un cura que además es buzo.

“Las diferentes estaciones recorren la ciudad y las últimas tres son en el agua y la playa. Se baja por el muelle y se hace el recorrido final. Yo hice lo que pude, era de noche y estaba bravo, pero estuvo divertido”, afirmó, mientras la gente la reconocía y la pedía fotos y autógrafos.

Los dos días pasaron volando –con entrenamiento incluido en un gimnasio de Madryn- y la “Peque” regresó a Buenos Aires, donde cambió “el chip” y volvió “a pensar en Río”.

Pareto está en plena pretemporada y desde el 28 de abril disputará el Panamericano de Judo en Cuba. Luego, a fines de mayo, tendrá el Master, en el que compiten las 16 mejores del ranking mundial.

En junio hará una concentración de dos semanas en Japón y en julio se mudará a Europa: “La ilusión es volver a ganar una medalla”, afirmó la “Peque”.

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