“Nos dimos cuenta que la parte judicial por Cromañón iba avanzando, en cuanto a la parte de memoria seguimos trabajando y nadie olvidará lo que pasó con nuestros hijos, y nos quedaba pendiente que esto no pasará nunca más, y por eso este proyecto con la AGC”, explicó a NA, Nilda Gómez, titular de la ONG “Familias por la vida” y madre de una víctima de la tragedia de Cromañón.
Gómez contó que tras recibir las denuncias de la gente, que en su mayoría son los mismos jóvenes que van a los boliches, las presentan en la Agencia Gubernamental, en donde le dan curso a la inspección.
“Además de la clausura y la multa, el dueño del bar o boliche, tiene que realizar un taller de concientización de cuatro semanas en las que escucha a especialistas en seguridad y también en derecho. El taller termina con el testimonio de padres de víctimas de Cromañón y al finalizar, a los empresarios les toca sacar un número que va del 1 al 194, que coincide con el número de víctimas y averiguar su historia de vida”, comentó Gómez.
Nilda, madre de Carolina, quien perdió su vida la noche del 31 de diciembre de 2004, en el boliche de Once, explicó que “muchas veces las condenas a los dueños de boliches terminaban en probation, y los empresarios sólo pagaban y nada más, pero al descubrir que esto pasaba pudimos incorporar el taller y además elevar la multa de 2.000 a 60 mil pesos”.
Las denuncias recibidas por la ONG, a través de la línea 0800-999-2769, son entregadas en forma directa a la mesa de entradas de la AGC y el organismo genera una inspección dentro de las 72 horas de recibidas las mismas.
Desde el 1° de julio de 2013 se realizaron 1843 denuncias que derivaron en las 478 clausuras; y sólo el año pasado, la Ciudad recibió 538 denuncias de las cuales 134 terminaron en clausura.
El Director Ejecutivo de la AGC, Matías Alvarez Dorrego, sostuvo que “vemos como fundamental el canal creado desde “Familias por la Vida” porque da la posibilidad tanto a asistentes como a familiares de denunciar y, a la vez, sentirse escuchados. En estos dos años de convenio hemos podido detectar numerosas faltas gracias a esta vía de comunicación.”
Gómez comentó también que de lo que va del año, las denuncias que recibe la ONG de la provincia de Buenos Aires han crecido de manera llamativa: “se recibieron 14 denuncias de distintas localidades”.
“El aumento de las denuncias provenientes de la provincia de Buenos Aires, demuestra que hay una necesidad real de la sociedad de tener un canal para denunciar este tipo de irregularidades y ver respuestas concretas”, indicó.
Las faltas más comunes que se cometen en los bares y boliches son: la violación de clausura, ausencia de habilitación, obstrucción de salidas de emergencia, falta de matafuegos, realización de shows sin permiso, la venta de alcohol a menores y que se fuma adentro.
Según el trabajo que se viene realizando desde el año 2013, se pudo determinar que los barrios más denunciados en la Ciudad de Buenos Aires son Palermo, Recoleta, Caballito, Flores y Liniers.
“Cuando hacemos campaña les contamos a los jóvenes y a sus padres que Cromanón existió por la corrupción y la codicia y que nadie se tiene que callar si ve una irregularidad dentro del boliche porque esto puede ser letal para ellos”, expresó.
Y concluyó: “es un trabajo de hormigas, de mucho compromiso, de mucha entrega, pero nos apasiona porque hablamos de nuestros hijos y sostenemos una bandera porque queremos que nunca más haya un Cromañón o un Beara”.
