El jeque bareiní Salman ya ha tenido que defenderse: Salman, presidente de la Confederación asiática, denunció en la BBC “las falsas acusaciones, sucias mentiras que se repiten una y otra vez”.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos acusan al jeque Salman de haber ayudado a la identificación de jugadores implicados en las manifestaciones de opositores que reclamaban reformas democráticas en el país, en 2011.
La cuestión de los Derechos humanos se ha convertido en tema electoral en la FIFA, cuya imagen catastrófica no deja de empeorar desde que estallase el escándalo de corrupción en mayo.
La FIFPro, el sindicato internacional de jugadores, estimó que el cumplimiento de estos derechos es uno de los criterios para apoyar o no a un candidato. El sucesor del presidente Joseph Blatter será elegido por las 209 federaciones que componen la instancia suprema del fútbol.
Tokyo Sexwale, no tiene problemas con su imagen. El sudafricano es un antiguo compañero de prisión de Nelson Mandela. Menos envuelto en el mundo del fútbol que el jeque Salman (que es vicepresidente de la FIFA), este hombre de negocios de 62 años juega la carta de ser el hombre adecuado.