La victoria para el equipo de Marcelo Gallardo se tornó clave, porque necesitaba volver a sumar de a tres para evitar una eventual pérdida de confianza y esas unidades le sirven para arriba a los últimos ocho capítulos con cuatro puntos de ventaja sobre el escolta Lanús, cinco por encima de Independiente, seis del Racing Club, siete de Atlético de Rafaela y ocho de Boca Juniors y Newell's.
Además de protagonizar el Torneo de Primera División, River también aspira a conquistar en este semestre la Copa Sudamericana y el menú de esa competencia internacional lo llevará el jueves próximo de visita a Asunción, donde se medirá con Libertad, en un compromiso de ida por los octavos de final.
Hasta hace una semana el conjunto del Muñeco también le apuntaba a la Copa Argentina, pero uno de sus recientes empates al cabo de los 90 minutos regulares derivó en un revés en el desempate desde el punto del penal ante Huracán, en el Estadio San Juan del Bicentenario, por los cuartos de final.
En la noche rosarina, el primer período fue bastante mal jugado y parejo, en especial para lo que en teoría tenía que haber sido de un partido donde jugaba River, el puntero e invicto, y Newell's, que desde hace dos años pregona jugar con la pelota por el piso.
River llegó con una volea de Lucas Boyé a los 2 minutos desde fuera del área grande y Newell's contestó, a los 15, cuando Marcelo Barovero le tuvo que tapar un remate a Horacio Orzán, tras un gran pase del capitán Lucas Bernardi en profundidad.
A partir de entonces el cotejo se hizo bastante mal jugado, con abuso de pases largos, y recién a los 30 Fabián Muñoz le ganó a los dos marcadores centrales visitantes, pero tapó Barovero.
El anfitrión tuvo otra situación muy clara cuando desbordó Cristian Díaz, metió el centro hacia atrás y Germán Pezzella quiso rechazar, pero la pelota salió contra su arco y Barovero cedió un córner.
En la segunda parte hubo una mejoría en la producción del líder del campeonato, pero fue vital el gol de Funes Mori.
Ya a los 11 minutos había dispuesto el equipo de Núñez de dos escenas muy favorables, primero por un cabezazo de Gabriel Mercado que sacó en forma espectacular Ustari y, tras ese tiro de esquina, hubo un doble cabezazo, el segundo de Boyé, y el balón pegó en el poste izquierdo, a media altura.
En definitiva, la acción originada con la pelota parada resultó determinante, y hasta Gallardo lo admitió, ya cuando la victoria estaba recién consumada y la cima, cada vez más controlada.
