"Este es un primer paso. El fallo no nos da felicidad porque está lleno de dolor y angustia. Nos atenemos a lo que dijo el tribunal", comentó Diego Ferrón, hermano de Damián, una de las víctimas, al canal C5N.
Con tres horas de demora, los jueces aparecieron en la sala de audiencias cerca de las 15 y comenzaron a dar lectura de una larga fundamentación que recién finalizó pasadas las 23.
Para los cuatro acusados, la Fiscalía, a cargo de Marcela Falabella y Juan Ignacio Bidone, había solicitado prisión perpetua por los delitos de "privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y por la participación de más de dos personas".
Según se explicó, los mataron porque las víctimas buscaban quedarse con el negocio del tráfico ilegal de efedrina.
Durante el trascurso de la lectura del fallo, el tribunal hizo hincapié en "la complejidad" del caso, donde hubo -dijo- un plan "premeditado, organizado y ejecutado con la clara intención de que los resultados no fueran descubiertos".
Se habló de la sospecha de un "apoyo institucional" por parte de los organizadores que tuvieron "capacidad económica" para concretar la masacre.
"Hay tramos que aún permanecen en las sombras -admitió el tribunal-. Además no todos los testigos estaban decididos a decir lo que sabían..., muchos eran imputados por otros delitos".
Al comenzar a analizar el caso, los jueces destacaron el "extraordinario negocio" que representaba el manejo de la efedrina ya que en ese momento "en Estados Unidos" se cotizaba el kilo a unos "10 mil dólares", mientras que "en nuestro país no estaba prohibida la venta" y "año tras año ingresaba en mayores cantidad a la Argentina, superando las necesarias".
Para el tribunal, está claro que "uno o dos meses antes del hecho" Forza hizo contactos con Ferrón, por sus conocimientos farmacéuticos, y con Bina, por los contactos que podía tener en la Aduana, para concretar el envío de efedrina al exterior.
También señaló que no sospechaban que "el socio oculto" del empresario que los había citado a la reunión -que generó el secuestro y la muerte- fue "Ibar Esteban Pérez Corradi", un contrincante que ya había amenazado a Forza y que actualmente está prófugo de la Justicia.
Forza, Bina y Ferrón desaparecieron el 7 de agosto de 2008 cuando fueron a un supermercado de la zona de Avellaneda para tener una importante reunión por un negocio de efedrina.
Sus cadáveres aparecieron el 13 de agosto de 2008, acribillados y atados con precintos, en un descampado de General Rodríguez.
Según la investigación realizada por la Fiscalía, los tres empresarios habrían sido asesinados en una vivienda de la calle Nicolás Videla 631 de Quilmes, propiedad de los Lanatta, y sus cuerpos fueron mantenidos en frío hasta que finalmente los hicieron aparecer. Forza había aportado, en 2007, fondos a la campaña electoral de la fórmula Cristina Fernández-Julio Cobos que ganó las presidenciales, y según el juez Norberto Oyarbide, de haber estado vivo el empresario hubiera quedado imputado en la causa de la "mafia de los medicamentos".
