Miles de personas agitaron sus brazos arriba y abajo al ritmo de las exhalaciones en el marco de uno de las actividades organizadas para "sentir como sube la energía".
Desde un importante escenario montado en Figueroa Alcorta y La Pampa, Shankar llamó a construir "una sociedad libre de violencia y de estrés". "Queremos paz interior, la paz es posible cuando hay prosperidad y la prosperidad es posible cuando hay paz", aseguró.
Luego advirtió que es necesario tener "paz interior y bienestar exterior".
"Con la respiración podemos eliminar la depresión", aseguró Shankar.
La jornada de meditación mundial se realizó en forma simultánea en 300 ciudades, adonde fueron transmitidas las imágenes de Shankar.
El encuentro, organizado por la fundación El Arte de Vivir, tuvo como figura central al gurú de origen indio, quien comandó el ejercicio central con un mensaje de paz y comunidad.
La reunión buscó convertirse en la reunión más grande de Occidente de este tipo de disciplina espiritual.
Los organizadores estimaron en 150 mil los asistentes, quienes meditaron sentados en el piso durante 20 minutos, luego de escuchar las palabras de Shankar y antes de que este recibiera sobre el escenario el primero número musical, a cargo de Patricia Sosa.
Luego, el gurú comenzó a recorrer la extensa pasarela situada frente al escenario donde saludó a la multitud, que estiraba sus brazos para tocarlo y le lanzaba objetos a modo de regalos.
Además, del shows de Patricia Sosa tocaron las bandas Indra y So What Project y hubo un patio de comidas vegetarianas, masajes gratuitos y clases de yoga abiertas.
Ravi Shankar, nominado al Premio Nobel de la Paz por buscar una sociedad libre de violencia, dirige grupos de meditación en 150 países para promover valores humanos y técnicas que reducen el estrés.
Asimismo, durante la ceremonia la organización El Arte de Vivir distinguió a diversas personalidades por su actuación en el trabajo social, en la labor espiritual y en el ámbito empresario.
La primera distinción por el ámbito social fue entregada a Susana Trimarco, madre de la joven Marita Verón secuestrada por una organización de trata de personas, por su destacada labor en el rescate de jóvenes en esa situación.
Si bien Trimarco no estuvo presente, una representante recibió la distinción.
Por su labor espiritual fue destacado el sacerdote católico José María Di Paola, conocido como padre Pepe, por su trabajo en villas de emergencia, quien tampoco asistió.
Finalmente, Gustavo Nasovich fue premiado por su acción como director de una empresa.
El gurú convocó a médicos, abogados y cualquier persona que quiera colaborar con tareas de caridad y de saneamiento del medio ambiente a anotarse en una lista que llevaban colaboradores de El Arte de Vivir.
