La mandataria mantuvo silencio, mostró una sonrisa y se dio media vuelta dando por terminado el diálogo registrado en el predio de Tecnópolis, de Vicente López, donde habló por Cadena Nacional para inaugurar un predio en la Bienal de Venecia.
Gobernadores, funcionarios y dirigentes kirchneristas manifestaron en los últimos días su deseo de que la Presidenta compita en las próximas elecciones generales para un nuevo mandato al frente de la Casa Rosada.
Ese proyecto fogoneado desde diversos sectores afines al oficialismo nacional es duramente rechazado por los partidos políticos de oposición.
Para ello, el oficialismo debería impulsar una reforma de la Constitución que habilita, hasta el momento, sólo una posibilidad de reelección presidencial.
Desde la oposición el diputado de Unión Peronista Felipe Solá aseguró que "no es prioritario" reformar la Constitución y señaló que "este es un país en el que los liderazgos pretenden cambiar la estructura republicana y las leyes".
"Los liderazgos deben resistir de otra manera el encajonamiento obligatorio de la ley: debe tener otros líderes, debe introducir otra gente", evaluó el ex gobernador bonaerense.
Consultado por radio Diez respecto de si estaba de acuerdo con la reforma constitucional para habilitar una nueva reelección de la Presidenta, contestó: "No es prioritario".
"No creo que se pueda instalar un modelo de vida a partir de una nueva constitución, desde una ley. Una ley no instala un modelo de vida; una ley lo que hace es recoger una nueva costumbre que se ha hecho carne en la gente y transformarla en ley. La ley sigue a la costumbre, no la costumbre a la ley", continuó.
Legisladores del PRO, radicalismo y el Frente Amplio Progresista también coincidieron en rechazar la posibilidad de una reforma constitucional y cuestionaron al kirchnerismo que planteó esa discusión de cara a las legislativas del año próximo.
Otro referente que manifestó su oposición fue el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, quien opinó que la intención de reformar la
Constitución "no tiene razón de ser".
"No tiene razón de ser. La gente espera otra cosa", resaltó, aunque indicó que "si hubiera grandeza creo que se podría discutir la reforma, pero que sea para las próximas generaciones de gobernantes, no para beneficio personal".
